De ecos y tal
Para
escribir lo que debo intuyo que me falta imaginación, experiencias más allá del
puro azar y conocimientos sólidos sobre lo concreto, lo práctico, lo que
interesa.
Ecocardiograma
basal: buena función sistólica global del VI sin alteraciones de la
contractilidad segmentaria.
Hoy
mismo me he comprado unos dientes para el rastrillo hilerador y lo que
necesitaba eran unos dientes para el rastrillo henificador acodado. Total que
metro, para aquí, para allá y al llegar habían cerrado el almacén, vuelva usted
mañana y el henificador muerto de risa en el cobertizo.
Alcanza
un 86 % de su FMT en cinco minutos de esfuerzo.
Desubicado,
en el fin de la Tierra empecé a sentirme así. Me preocupé. Pensé que era cosa
de la latitud, del clima, de la intolerancia al marisco en general, esas cosas
de los pobres. También pensé que se me pasaría a la vuelta, error, he vuelto y
sigo desubicado. Es cierto que tampoco sé si he vuelto al lugar correcto.
Clínica
y eléctricamente negativa para isquemia.
Todo
esto que voy contando, sin interés, se debe a mi nula capacidad de utilizar la
mitopoiética para inventarme un potable Señor de los Anillos en euskera, para
presentarlo y firmarlo en batzokis y residencias de ancianos (estaba pensando
en la de Elorrio y en la de Orduña). Un Bilbo de Bilbo, por ahí, por ahí.
Eco
post esfuerzo; no se aprecian alteraciones de la contractilidad segmentaria.
Me espanto y me enardezco.
Me espanto porque me siento disímil a esto; me enardezco porque me siento
semejante. Confiesa San Agustín en sus Confesiones
(lógico).
Eco
de estrés negativo para detectar isquemia.
Resumiendo;
vamos que nos vamos.
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