joseph dilnot

viernes, 26 de septiembre de 2025

Parker perdido en un bosque lujurioso

Henri Cartier-Bresson, The Painter Balthus and his wife Setsuko in their wooden hut of Rossiniere, Switzerland, 1998


Lo que dice/escribe Parker en este último siglo trata de la vacuidad de lo terrenal, de las riquezas, de la existencia del más allá, de la conciencia consciente, de la fragilidad del yo, de las contradicciones del arte literario, del mercadeo intelectual, de la sórdida oscuridad de los que aceptan su porcentaje con una mano doblada sobre la mejilla izquierda y la otra en la espalda, la mirada perdida, el problema 30.1 de Aristóteles, de la ruina del cuerpo anciano y trata, sobre todo, de la mujer que le hechiza, que lo cuenta mientras se ahoga en sus ojos limpios, en la voz que enturbia su arroyo de un solo pez, del descubrimiento del lado oscuro, de dejar la música sonar y perderse en un bosque lujurioso y hasta ahí podría llegar, él, Parker.

2 comments :

Beauséant dijo...

un arroyo de un solo pez, ahí me quedado, he pensado en ese pez, ¿será feliz?, sabrá lo que es la soledad?

Pedro M. Martínez dijo...

Beausėant, los peces de agua dulce sufren en ocasiones de una profunda soledad. Ese en el que me he inspirado, sin nombre conocido, nadaba concretamente en un arroyo que baja de la sierra Badaya por Escolumbe (Álava) plácido en agosto y arrollador en enero. Contra algunas opiniones de ictiólogos reconocidos estos peces solitarios generan rencor en los humanos que logran distinguirlos entre remolinos, libélulas y ocasionales zorros que beben y beben y vuelven a beber. En cambio, y esto lo tengo comprobado por mí mismo, sin recurrir a libros, Google ni a mi amigo Ramón que de peces sabe un rato largo, en la mar los besugos, un suponer, los congrios y las sardinas son muy comunicativas entre sí. En mis períodos de apnea en el puerto de Elantxobe he asistido a diálogos muy interesantes, incluso entre especies diferentes lo que alimentó mi teoría para escribir mi celebrado (y premiado) cuento corto “De la felicidad del pez en libertad”. La prosa poética es peligrosa, puede exponerse a chanzas y contubernios, solo la convicción, el buen humor y la paz de espíritu logra serenar la tendencia de lanzarse al monte y quemarlo (quita, quita, ni en bromas). Pues eso, viernes, a la paz De Dios, saludos.

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