Ansia
Cuando fui, al de diez minutos,
ya quería estar aquí. He vuelto y quiero estar ahí. Esas tendencias tienen
cura, imagino. Como lo de leer, el cine, la música. No encuentro eso que. Arte,
no consumo, cultura, no comercio. Ingenuidad, la mía. Allí revisaba libros para
ver si ese era. Estos dos: Abisal y Minimosca. No los compré (36€ y 23,75€),
dos tochos. Al volver los tomé prestados de la biblioteca de Bidebarrieta. Pues
qué quieres que te diga, sí, pero exigen atención máxima. Abisal está
sobrevalorado, quizás porque vi un vídeo de mi paisano y me pareció un “sobrao”
(¿envidia?). Minimosca es como “Vivir abajo”, bueno, denso, raro, intenso,
buena literatura pero no era esto lo que buscaba. Candaya publica también “Teoría
del tacto”, todo el mundo bla, bla, bla. Devuelvo los dos monumentos y me lo
llevo, el de Fernanda García Lao, (Bidebarrieta es un lujo), tres capítulos
después ya sé que sigo queriendo leer lo que no leo, que sí, que tiene mérito,
pero mientras siga subido en esta disyuntiva de voy y vuelvo no hay manera.
Y dos.
A veces pienso que es cosa de la
edad, de acumulación de estímulos que, oiga, he leído tanto que ya sé por dónde
vienen, que hay que hacerse un hueco, comer, pagar facturas, sacar los
demonios, dar codazos, salir en los telediarios. Sin quitarles ni un ápice de
talento, capacidad, imaginación, trabajo, etc. Que no sos vos, que soy yo, vaya.
Y tres.
No digas nada que te veo.
https://www.bestialectora.com/2022/01/abisal-de-alvaro-cortina-urdampilleta.html
https://jediscequejensens.blogspot.com/2024/12/minimosca.html
https://aullidolit.com/teoria-del-tacto-descarnacion-humana/