Concierto para clarinete. 2º movimiento.
Michael Mcilvaney
Lo digo así de claro, durante un
tiempo alterado escribí sobre amores ilícitos. Como un febril labriego de
palabras, como un poseído amanuense atareado que escuchaba la voz de quién, que
transcribía las letras retorcidas de qué, escribí historias de amores
prohibidos, espolvoreo albahaca sobre ellas.
El temporal aún no se ha calmado y cuando quiero -quise- parar se ausenta el incitador y me dedico al ceremonial de la caza de liebres con las manos, lo diga Elen Fisher o el porquero. Me quedo sentado y he aquí que las palabras se caen de mi boca, apenas puedo juntar algo más que hola y adiós.