Peteneras.
Sebastián Pérez
Quisiera
contaros cuentos pero ocurre que estoy escribiendo en diferido y aún no sé si
ha ganado mi equipo, si seguimos siendo los que éramos, si somos. Vivo sin
vivir en mí, ni en ti. Contar cuentos es socorrido pero resulta que este
medio es tan amplio que lo local es demasiado pequeño y lo global demasiado
grande, la verdad, no sé por dónde empezar.
Va, salgo por peteneras.
Cuento 1231: érase una vez un reino muy lejano donde no llegaban los ecos de otros mundos, una gotera era una inundación, un beso un inicio, un silencio una tragedia, la distancia una realidad. Allí vivían todos felices, sobre todo porque no conocían la felicidad, bueno, quizá no conocían la definición de la felicidad. La ignorancia nos hace atrevidos. Por eso no quiero saber, me golpeo la cabeza para olvidar tanto como aprendí. Ahora mismo no sé qué hacemos aquí un día sí y otro también. ¿Usted lo sabe?
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