Buscando mi sitio.
La cuestión es bien sencilla, uno/a está aquí (en el blog, en el muro) por decisión propia. Lo modifica, llena o vacía al ritmo que él mismo se impone. Uno está aquí por la misma voluntad del que entra o del que sale. Nadie obliga a nada, ni a una cosa ni a otra. O eso cree. Uno, una.
A partir de estas premisas no hay quejas que valgan. Queda expuesto lo que escribes y cuelgas, lo leen los que quieren. Es más, lo leen cuándo quieren y lo interpretan cómo quieren (faltaría más).
Si no te gustan algunos comentarios siempre tienes la opción de prescindir de ellos. Si admites la posibilidad de comentar es tu responsabilidad aceptarlo. O borrar lo que no te agrade.
Si te molesta que comenten más las fotos y la música que los escritos, es tu problema, con no ponerlo, arreglado. ¿Que quedaría más triste? Sí. Por consiguiente es mejor seguir dando color y sonido a la página y al muro.
Si el día catorce te dejas los hígados con ese poema azul y no te lee nadie y en cambio arreglas un post en diez minutos y te entran hasta por la ventana, ¿qué?, ¿quién tiene la culpa?, ¿es un complot?, ¿casualidad?, ¿son los titiriteros? No, la ley del mercado, esto es voluntario, gratuito, hoy por ti mañana por mí, solo falta que yo quiera ahora venir a poner normas.
Es lo mismo que cuando dejas un texto que te cuesta horas (a veces días) escribirlo. Pueden pasar inadvertidos, no eres capaz de comunicar con ellos. ¿Y qué? solo falta que encima que te leen, te entiendan (cuando la mayoría de las veces no te entiendes ni tú). Bastante que no te insultan (o sí, pero en silencio).
La cuestión es que me miro mucho al ombligo - yo, mí, me conmigo-, que estoy mal acostumbrado, que dedico demasiada energía, tiempo e ilusión a un medio tan limitado, que me ocurre lo que les ocurre a casi todos, que damos demasiadas vueltas a las cosas. Y más historias. Esto es lo que quería contar hoy, ya ves tú.
Eso.
Como muchas veces me dice mi hija: y con esto ¿no aprendes nada? , adáptate al medio, sé breve, no te enrolles, no es el sitio.
Aquí
ando, todavía, buscando mi sitio.
8 comments :
¡CHAPEAU!
Tracy, no, ni siquiera boina, esto de los blogs es un territorio perdido, baldío, un erial, sobre todo un aburrimiento, una obstinación de persistencia en la frustración, en pocas palabras, ya no, aunque señoras escriban cartas picantes de suspiros y humedades (con fotografías insinuantes de otras señoras de senos generosos),(nunca lo he entendido) y señores nos cuenten de cuando ellos querían hacer lo que nunca han hecho a pesar de imaginarlo cada noche. Yo qué sé. Somos tantos. Somos tan nuestros, estamos tan ensimismados en nuestro ombligo, enroscados en nuestra propia mismidad que es peligroso opinar. Oye, que cada uno haga o deje de hacer lo que quiera. Me cansa escuchar de mis conocidos, amigos, vecinos, paseantes,” no, es que yo apenas entro en internet, no me gusta” y al de un rato, me dicen “no sabía que habías estado en tal sitio o que habías hecho tal cosa”. No solo leen y siguen lo que dejo aquí (y en FB) sino que confunden mi realidad con mi ficción, dan por bueno lo que escribo, minimizan lo que escribo tomándolo por una especie de diario. En definitiva, son unos cabrones envidiosos (con perdón). Y eso la gente que conozco, no quiero pensar cómo será con la gente que no conozco. Pues eso, que en el fondo lo pasamos bien (algunos) y a la rueda, rueda, el que no venga, no juega. Viva Córdoba.
Los blogs no se dejan hasta que dejamos de creer que tenemos algo que decir.
Pues eso, qué te vamos a contar a estas alturas que tú no sepas. Se escribe, imagino, para aclararse uno con uno mismo o con la multitud de ideas y de seres que nos pueblan. Porque tal vez se aburre uno y además hay veces que prefieres aburrirte solo que con alguien al lado. Te escribo, en realidad, porque tenía ganas de escribir esta tarde y me dije: Coño, a ver qué sale. Si es que no somos "naide". Y yo con estos pelos :)
Cabrónidas no sé qué decirte, La Zarzamora tenía mucho que decir y se ha bajado del autobús. ¿Volverá?
eliobernal pues precisamente a estas alturas es cuando me doy cuenta que no sé nada de nada. Definir a esas mismas alturas porqué escribe uno, cualquiera, tú, yo, ese señor bajito, yo qué sé, es presuntuoso, se escribe porque te sale y hasta aquí puedo leer o hasta negarte que aburrirte con alguien al lado depende de dos cosas, de ese alguien y de ti mismo. En elegir ese alguien está la cuestión. Saludos.
A mí también me han dicho más de una vez: escribe menos, refiriéndose a hacer textos más cortos, pero si no me puedo enrollar en un blog, ¿dónde? ¿En tik tok, que no es para escribir? Si no quieren leer, que no lean, esto es libre, como has dicho tú.
Un saludo.
Dorotea Hyde este es un ejercicio de alto riesgo, ya ves, es imposible dar gusto a tantísimos visitantes (ejem). Lo bueno de un blog es que aquí puedes hacer lo que quieras. Saludos.
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