Volveré solo.
Pasó el día claro con sus horas desnudas, nada más.
Estuvo lleno de magia pero ellos no lo saben.
Estuvo lleno de momentos ordenados en sus cajas, para luego.
Tanto recordar quién dormía ayer con su nariz en mi pecho, me olvidé de quién dormirá mañana, contándome cuentos cuando tenga miedo de la muerte, engañándome, bah, no es nada, pronto pasará.
Lágrimas oscuras sobre la hierba que ya nadie corta, está el jardín tan abandonado.
Escribir por escribir, hablar por hablar en la noche de este sábado sin bostezos, tan rápido que casi es domingo.
Quizá este cansancio, este mareo –me he pasado el día con dolor de cabeza- será el invierno o quizá el alma columpiándose en el tendedero, entre la ropa que la lluvia mojó.
Esas cosas.
No siempre estoy con ganas de escribir.
Pero tú sabes.
¿A que sí?
Hoy tampoco llegó el cartero.
¿Lo estás pasando bien?
Creo que volveré solo a Estambul.
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