Tractatus (5.63)
La función debe continuar, el
Actor vuelve al escenario y recita: “yo soy mi mundo”*
El Actor sabe, lo sabe ahora,
que acariciar aquel cuerpo no era un pasaporte a su alma, no un visado, no un
pase de pernocta, no un permiso indefinido, tener su cuerpo era un trabajo, un
purgatorio, una obsesión, la condena del ejercicio desnudo de besar una y otra
vez la anorgasmia irreparable de una mujer sin lengua. Sin embargo volvía los
miércoles, aún antes de amanecer, cuando mataron al juez y en primavera. Ella
escribía en una nube “ven” y él, obediente, iba.
Actuación sin espectadores.
*Wittgenstein - Tractatus
(5.63)
2 comments :
Pues debería quedarse en su casa :)
Besazo.
Ya, EstnoM, pero el amor hace estragos
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