Bestia parda
El remordimiento como una
bestia parda hocicando en las entrañas de lo establecido, de lo correcto, de la
norma. Para calmar su furia ofrecemos sacrificios en el altar de la tradición,
nos mortificamos con cilicios en los muslos del deseo, encadenamos el instinto
en un sótano del edificio del recuerdo. Somos como no queremos ser.
Me
quito la camisa.
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