Hoy tengo ganas de ti,
Sale un hombre del opaco y grita airado
“Die Grenzen meiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt” (Los
límites de mi lenguaje representan los límites de mi mundo), que
escribió en 1922 el filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein en su Tractatus
lógico-philosophicus 5.6. Habrá un tiempo en el que estas cosas me
impresionarán. Mañana. Hoy me dedico a temas sin temas, al quizás de este no
que musito. O sea que estoy cansado, que´s mucho tiempo, que ya no sé cómo
decir lo que ya he dicho/sentido/sentiré. Aun así, tú ves, voy y vengo por
textos que no sé cómo me invento con eso de la inercia y el deseo de
desear. Y las ganas. Hoy tengo ganas de ti, que cantaba no sé
quién, pues no, que las ganas se están mudando a territorios indefinidos en los
que solo hay agua y amaneceres, silencio y gaviotas a lo lejos, a ras de la
superficie oscura de mi mar (en el qué, por cierto, se reflejan las nubes
negras de la borrasca de turno). El fin de la tierra.
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