Cuentos para un lunes cualquiera.
Quisiera
contaros cuentos pero ocurre que estoy escribiendo en diferido y aún no sé si
ha ganado mi equipo, si seguimos siendo los que éramos, si somos. Vivo sin
vivir en mí, ni en ti.
Contar
cuentos es socorrido pero resulta que este medio es tan amplio que lo local es
demasiado pequeño y lo global demasiado grande, la verdad, no sé por dónde
empezar. Va, salgo por peteneras.
Cuento
1231: érase una vez un reino muy lejano donde no llegaban los ecos de otros
mundos, una gotera era una inundación, un beso un inicio, un silencio una
tragedia, la distancia una realidad. Allí vivían todos felices, sobre todo
porque no conocían la felicidad, bueno, quizá no conocían la definición de la
felicidad. La ignorancia nos hace atrevidos. Por eso no quiero saber, me golpeo
la cabeza para olvidar tanto como aprendí. Ahora mismo no sé qué hacemos aquí
un día azul (miento, no es azul y sí sé, pero no digas nada). Sí sé cuánto me sorprende
encontrar esta guaracha (Llegaste a mi cuerpo abierto) de Pablo
Milanés (tan poético él, tan cubano) y recordar que yo he sido el que
está a la derecha de Malena Burke en esta actuación tan…tan….
Ay. Cómo cantaba entonces, era el rey del coro. Dice así;
Llegaste a mi cuerpo abierto
Y yo todo me entregué,
Por más que reí, lloré
Porque romper es comienzo,
Comenzar es desacierto,
Pisar en parajes blandos
Y aunque me hunda hasta el fango
Caminaré largo trecho.
Aunque
quizás fui la misma Malena y tenía esas pestañas tan largas, esas caderas donde
cabía el mundo, esa alegría bailando con el dúo en el que, definitivamente, yo
era el del traje negro y la sonrisa grande, el de la derecha. Y es que he
trabajado en tantas profesiones. Me gusta una, reír. Riamos, es sábado, digamos
que entendemos de cine, aunque no sepamos qué coño es eso de “La diligencia” o “Ciudadano
Kane”, rollos en blanco y negro, todo ha
empezado mañana, estoy escribiendo lo de mañana, iluso, sin saber si mañana es
ayer o sí el goteo de los que se van nos alcanzará como una plaga digna de “Los Diez Mandamientos”, Cecil B. de Mille (que dice este
tío si se murió hace más de 60 años), otro rollo aunque sea en color by
technicolor. Este último golpe, frontal, me ha aturdido, me voy a estrenar mi mirada
nueva que me hacen ver más guapas a las mujeres y más amistosos a los hombres.
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