Musgo en la memoria.
Musgo
en la memoria, sobre los escombros del edificio de lo que nunca fue.
Inventar
el pasado entre interrogantes como colmillos, entre bostezos.
Dibujar
flores a la soledad, arrancar las malas hierbas de lo cierto para espantar los fantasmas que se pasean por los oscuros
corredores de los días.
Lamer
los espejos con lengua bífida, azogarnos.
En
vivir así no hay nada legendario, heroico, solo rutina de insomnios. También
angustia, el miedo a morir, la vaga presencia de un dios mezcla de imagen de
retablo y respeto atávico, necesidad de que todo no sea esto, solo esto,
juventud perdida, dolor de articulaciones, enfermedad, esa dama de negro lleva
una guadaña y nos mira.
Solitario y mohíno, en un bosque apartado,
con millares de versos celebraré la misa,
y derramando lágrimas, cortando mis
cabellos,
le ofreceré a diario el alma en sacrificio.
Philippe Desportes (1546-1606)
1 comments :
Hola Dña. Parca, por favor ¿nos deja a solas? Gracias.
Hay un miedo, el nocivo:
Miedo a tener miedo, miedo a afrontar nuestros miedos. El miedo conjugado en primera persona. El miedo aliado con nuestra imaginación que solo sabe danzar con el miedo como partenaire. El miedo la fiera salvaje que mientras le prestamos atención y permitimos que nos posea/domine, nos roba horas no solo de sueño, sino de vida.
Porque la poesía también abriga cuando sentimos incertidumbre/miedo/frío, aquí te dejo una mantita de versos mientras me lo hago con el hermano, hermanísimo:
OCASO
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!
Manuel Machado
Besets!!
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