Palabras escondidas.
José Lezama Lima lo
decía, no esperaba a nadie y sin embargo insistía que alguien por fin iba a
llegar. Si llegó o no es algo que no importa, importa la poesía, el poema, ahí,
contagiando, sin antifaz ni disimulo, desnudo, como un amante tembloroso de
deseo que no teme la desaprobación de aquella a quién ama, que presenta su
pecho hundido, la mandíbula impaciente, el gesto insomne del que solo puede
velar la alegría, circunvalar los límites del destino, preservar el secreto de
su sonrisa.
Las
palabras que se esconden detrás de las palabras dejan un gusto húmedo, un sabor
de luz, un afán de estirar la curiosidad desde la rendija de la puerta hasta la
ventana que se abre a un patio donde ronda la primavera en la ropa tendida, en
los jilgueros enjaulados, en los ancianos que miran más allá de sus recuerdos
rotos...
Detrás
mis palabras hay palabras escondidas.
Nadie
las encuentra.
0 comments :
Publicar un comentario