Wittgenstein 2
La
función debe continuar, el Actor vuelve al escenario y recita: “yo soy mi mundo”*
Donde
antes hubo navegantes, con lentitud, la ciudad se ha transformado en un espacio
de caminantes, transitan los atentos vigilantes de mensajes entretejidos en la
niebla de no verse. Los ausentes se hablan con los ausentes, intercambian
coloquios con desconocidos de lejos o cerca, lectores de tabaquerías en
fábricas que nada fabrican, solitarios farfullando soliloquios, ilusionistas
que lloran cuando mueren las palomas.
El
Actor sabe, lo sabe ahora, que acariciar aquel cuerpo no era un pasaporte a su
alma, no un visado, no un pase de pernocta, no un permiso indefinido, tener su
cuerpo era un trabajo, un purgatorio, una obsesión, la condena del ejercicio
desnudo de besar una y otra vez la anorgasmia irreparable de una mujer sin
lengua. Sin embargo volvía los miércoles, aún antes de amanecer, cuando mataron
al juez y en primavera. Ella escribía en una nube “ven” y él, obediente, iba.
Actuación
sin espectadores.
*Wittgenstein (Tractatus (5.63)
2 comments :
Es estupendo que sigas poniendo frases de Wittgenstein. Son geniales. Saludos.
zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.), muchas gracias.
Por cierto, sabes si Wittgenstein dedicó alguna frase a los tocapelotas.
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