Grietas en la muralla de septiembre
Oculto el rostro tras el
abanico para ocultar los temblorosos labios que musitan su nombre.
Aún así –tan quedo- sé
que llego a ella.
Para que el corazón baile, cubro la estela de su cuerpo con pañuelos de seda e imito a su alrededor cantos de oropéndolas, murmullo de fuentes, rumor de sirimiri.
Vuela el ruiseñor, agito las ramas que disfrazan el lago, soplo a las estrellas, he vendido mi alma al diablo y, joven ya, espero la vuelta de la virgen descalza.
Este es un diario inútil de versos y besos no dados, de Ansiedad y Surrealistas notas a pie de página, fluir de Mariposas nocturnas mientras escribo, ejercicio tenaz y solitario, un abnegado movimientos de zanjas que se abren y cierran, no queda nada excepto un campo agujereado, yermo, paisaje lunaR sin luna, ella, a veces, leyéndome las líneas de la palma de la mano ¿leyéndome?
1 comments :
Esta fotografía de Alfredo Landa con dos señoritas en bikini no viene a cuento.
Por eso/ la pongo/ ahí.
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