Libros, Berlín y un poema.
“La fascinación es la percepción del ángulo muerto del lenguaje”
Pascal Quignard
Estoy leyendo 'Las solidaridades misteriosas' de Pascal Quignard, un libro curioso, extraño, complejo, para mí apasionante.
Encuentro esta entrevista
en “El País” (Click)
Lo
que dice me abre ventanas, conecta con tantas cosas que pienso.
Por
ejemplo:
P. Se lo pregunto
de otra manera. Parece que los estados de ánimo de sus personajes no guardaran
relación con lo que sucede a su alrededor.
R. Quizá sea difícil entender para los más jóvenes lo
que voy a decirle, pero es cierto. Quienes nacieron después de la guerra y no
conocieron en primera persona sus desastres no tendrían razones para padecer
las angustias de quienes sí los vivieron. Y, sin embargo, se apoderó de ellos
un duelo inexplicable, como si los hechos y la manera de sentirlos no
estuvieran sincronizados. He hecho psicoanálisis durante muchos años, pero no
sé cómo explicarlo. Quienes nacimos después de la guerra vivimos nuestra
infancia entre ruinas, y no es normal vivir la infancia entre ruinas. Tengo una
enorme necesidad del pasado para constituirme un territorio, porque comencé con
el pasado. Ya de niño lo pensaba.
La primera vez que visité
Berlín me sorprendió, sobre todo, la puerta de Brandeburgo, también los
magníficos edificios, las largas avenidas, la paz de sus calles, el Spree
melancólico, las atareadas gentes, incluso que luciera el sol.
En alguna parte de mi cabeza
conservaba un recuerdo negro formado por informativos, películas y revistas, de
humo y destrucción, de ruinas, de dolor y muerte. Sin haber estado nunca, mi
idea era la que dejaban escenas como esta.
O también dice Quignard.
P. Una especie de
duelo retardado.
R. Todo lo que escribo tiene que ver con eso. Se
pierde a la mujer a la que más se ha amado y no se siente nada. Siete años
después, nos sentamos y comenzamos a llorar. No creo que los efectos
psicológicos sean directos, inmediatos.
Esto
debería pensarlo mejor, en principio no estoy de acuerdo. Soy más de llorar de golpe,
siete años, luego paro y ya no lloro más (al menos por esa).
Se
agita el corazón como si fuera
un órgano exterior clavado dentro.
Felices los niños que no saben lo que tienen
a ciencia cierta -sí lo que no tienen, por arte de magia.
Tristeza es descubrirse el corazón.
un órgano exterior clavado dentro.
Felices los niños que no saben lo que tienen
a ciencia cierta -sí lo que no tienen, por arte de magia.
Tristeza es descubrirse el corazón.
(Eduardo Milán)
Y es que no puedo estar a todo.
Aunque estoy disperso, si usted sigue el hilo es posible que saque algo en conclusión (avíseme, please).
Puedo seguir pero será mañana porque tengo menos tiempo que cuando no tenía.
Estoy de guía por Bilbao y alrededores con una visitante especial.
Aunque estoy disperso, si usted sigue el hilo es posible que saque algo en conclusión (avíseme, please).
Puedo seguir pero será mañana porque tengo menos tiempo que cuando no tenía.
Estoy de guía por Bilbao y alrededores con una visitante especial.
2 comments :
Impresionante el vídeo. Esa cadena de mujeres pasándose ¿un cubo? dice mucho más de lo que muestra, tal vez que ante el horror la eficacia pierde importancia a favor del consuelo de los otros.
Creo que Quignard se refiere a la fatalidad del dolor. Puedes vivirlo, distraerlo o no, pero sus consecuencias siempre serán inevitables.
Solidaridades muy buena.
Por cierto, Glup es ahora uno de mis citios favoritos, aquí se ofrece el material perfecto para llenar los huecos imperfectos de la juventud moderna. Mis mejores deseos!
Jeze
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