miércoles, 11 de abril de 2007

Praga.


Vio muchas ciudades, /aprendió de la mente de muchos hombres,/ y muchas fueron las tribulaciones que padeció en el mar.


Llegamos, suena Don Giovanni -Mozart compuso esta “ópera de las óperas” especialmente para Praga; la estrenó en 1787 dirigiéndola personalmente en el Teatro del Estado - en esta habitación de hotel bañada por una luz de luna que la llena de una serena alegría que nos corre entre los músculos, la sangre y el cansancio del viaje.
La ciudad, desconocida aún, está agazapada, esperándonos hasta mañana.

Un punto rojo- you are here-.
Here es la Torre de la Pólvora y miramos admirados a derecha e izquierda, arriba y abajo. -. Caminamos hasta la plaza de la Ciudad Vieja. En la calle Celetná hay una exposición de Jan Saudek. Nos besamos bajo los arcos. El monumento a Jan Hus está cubierto por lonas azules. Decenas de curiosos esperan cada hora que la Muerte agite la campana en el Reloj Astronómico. Otros suben trabajosamente hasta la torre del Ayuntamiento –una boda, triste, ellos dos y un fotógrafo que da cumplida cuenta de inmortalizar el ritual de bajar a la novia en brazos por las escaleras de madera- desde donde se divisa toda la ciudad.

Seguimos, el Moldava se desliza perezoso entre los ojos del puente Karlo cubierto por la bruma. Caminamos entre la multitud. Nos besamos entre San Antonio de Padua y Santa Ludmila. Queríamos encontrar en Mala Straná la calle dedicada a Neruda (Jan), que nos confundió después de leer el poema de Neruda (Pablo) a los puentes. Y Kampa...



Aquí se interrumpe, deja de escribir, esta es toda su contribución a la literatura moderna. A pesar de los estudios de la Univerzita Karlova sobre estas breves – y sin embargo tan llenas- líneas, no se ha podido determinar con exactitud si el autor se manifestaba en un cuaderno de viaje, eran reflexiones a partir de una contrariedad o – y esta es la tesis más extendida- se trata del principio de una novela en las que intentaba mezclar ficción con su realidad, por otra parte tan irreal. Una lástima.


24 comments :

Valeria Elías dijo...

bueno... muy interesante esto que compartes hoy... sólo pasé a saludar...

ybris dijo...

Como si lo estuviera viendo.
Lo curioso es que, a cierta distancia, de las ciudades quedan más los besos y las compañías que las sorpresas.

Un abrazo.

Hector dijo...

Sobre el puente San Carlos toca una banda jazz de Nueva Orleans, en la que el vocalista canta en checo y otro fulanito toca el armatoste ese que sirve para fregar la ropa como si fuera un instrumento de percusión, como el güiro pues. Es lo único que se me ocurre comentar por el momento.

Pedro M. Martínez dijo...

Amada Inmortal, queda tu saludo, brillando. Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, claro, es que la ciudad se queda allí y la compañía va contigo.
Además, puestos a escoger…
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Erektor, un matiz, es el puente Carlos (un rey, no un santo).
Dos, la banda jazz es checa (país con gran tradición musical).
Tres, el vocalista canta en (casi) inglés.
El fulanito que toca el armatoste tiene gran sentido del ritmo, sí.
Y se te olvidó que justo ahí, donde más personas se congregan, es donde más carteras roban.
Gracias por tu comentario (y perdona mis precisiones)

Leticia dijo...

Hola, tengo un blog sobre televisión, es nuevo, y me haría mucha ilusión que entraras. !!!! te dejo la dirección:

www.lamoscadelatele.blogspot.com

Muchas gracias y un saludo

Margot dijo...

Ah, se me olvidó dejarle dicho en mi cueva que la música suele ser también la hostia.

Y que normalmente, sé la razón pero sonaría a jabón innecesario, prefiero el silencio ante sus escritos. Admito que en el del juicio final apunto estuve de mandarle flores y globos, eso sí...

Pero leo, señor Glup.

Un saludo

Pedro M. Martínez dijo...

Leticia, pues ya he ido. Pero apenas veo la tele. Escojo otras opciones.
Gracias a ti.

Pedro M. Martínez dijo...

Doña Margot, hemos recibido su atento comentario. Lo pasamos al departamento de agradecimientos. Ah, y al departamento de música. De globos no tenemos, pero estamos en ello (en subir en). Jabón aceptamos, esas pastillas pequeñas, blancas, las que usan las estrellas de Hollywood (o así).
No se me ponga seria y déme usted un abrazo, anda. Y besos.
Gracias, muy en serio.

Leticia dijo...

Muchas gracias por entrar en mi blog, espero que vuelvas pronto.

Un saludo

Tempus fugit dijo...

Leyéndote he revivido imágenes almacenadas en la memoria... Me enamoré de Praga...lástima de sus habitantes, y especialmente de los cuatro H.P. que en tres empujones se me llevaron la cartera (por suerte, previsor que es uno, sin la documentación y con no demasiado dinero)

Un abrazo(vigila que no te he quitado la cartera en el abrazo)

Diana L. Caffaratti dijo...

Esta mañana me he dispuesto a recomenzar mi paso por el blog, luego de recuperar cierta agilidad en mi ordenador.Ya van ocho. Y me detengo aquí, para leerte más detenidamente en cada uno de los post que has dejado desde mi última visita.He espiado títulos, imágenes, y he hecho lectura "a vuelo de pájaro"... Con esos tres elementos resuelvo mi obligatoriedad de volver para leerte detenidamente y DEJAR COMENTARIO EN CADA UNO DE ELLOS. Un beso; hasta la noche

Pedro M. Martínez dijo...

Leticia, gracias a ti.
Si te digo que no veo Tv no es porque no me guste, no, me gusta, lo que ocurre es que me quedo dormido, den lo que den. Debe ser un fallo neuronal, yo qué sé,
Un saludo

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, me gustó Praga, sí, pero esperaba otra cosa (y eso siempre desilusiona). Lo que no me gustó nada, pero nada, fue el trato de muchos de sus habitantes (no de todos, por suerte). Un carácter hosco, rayando en la mala educación (al menos por contraste con nuestra forma de ser).
Praga ya es recuerdo, estoy preparando el próximo viaje.

Y no te hagas el duro que lo más que harías sería darme la tuya, eres un buenazo.
Mi abrazo, tan amistoso

Pedro M. Martínez dijo...

Diana L. Caffaratti, vale, aplícate, te tomaré después la lección.

Oye, no tienes ninguna “obligatoriedad”, pero si te gusta leer mi blog, encantado. Y agradecido. E ilusionado por seguir dejando mis textos. Cuatro besos. Guapa.

Anónimo dijo...

Me encanta. Y una bruja encantada no suele ser muy normal. Besos de bruja, gaia07.

Anónimo dijo...

Visité su pequeña casa en Praga.
Buen polaroid histórico. Un saludo.

Pedro M. Martínez dijo...

La bruja gaia07 está encantada, quién la desencantará, etc. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Itoitz, recibo tu saludo y tu visita. O al revés. Gracias.

Anónimo dijo...

Hola preciosooo que tal en Praga??? en general toda la republica checa me impresionó, pero sobre todo, Carlovivary( no sé si se escribe así) y praga, lástima que hayáis ido en primavera el tiempo allí es fundamenteal, en agosto, espero que también lo hayas visto por que es el mayor encanto, en le puente de carlos, los pintores, los musicos de jazz es la ciudad romantica por excelencia junto con edimburgo sin duda.
Espero que ta haya llenado de su magia.
Besote grande en la nariz.
Muaaaaaaa

Pedro M. Martínez dijo...

hechi, no te diré nada si no conectas tu móvil o si no me llamas ¿cómo estás? ¿te parece bonito? No sé nada de ti.
Praga y Karlovy Vari son una maravilla. La magia ya la llevaba de casa. Te lo cuento todo cuando hablemos. Un besote, guapa.

Mónica Sabbatiello dijo...

Escribir parece acentuar lo vivido. Al menos, a veces.

Pedro M. Martínez dijo...

Nina de Papuza, es cierto.
Otras veces lo reinventa, lo disfraza, lo atenúa, lo cambia.

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