Zdenek Tmej, Waiting For Better Tomorrows, 1949

viernes, 6 de diciembre de 2024

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Vivir y contarlo antes que se olvide, aquí, sin pudor, sin ardides, con ostentación del vacío. “¿Qué te paso ayer en el monte?”. Oh. Él también. 


4 comments :

Francesc Cornadó dijo...

Uf, qué pasó en el monte. ¿Encontró una seta o encontró un amor? Desde luego vivir y procurar no olvidar.
Salud

Pedro M. Martínez dijo...

Francesc Cornadó No sé si te pasa. Muchas veces pienso que este invento es un absurdo, que no hay eco, que si ni siquiera a ti te importa lo tuyo, no te digo a los otros. La lucha por el like es inseguridad o estímulo o qué sé yo. El caso es que cuando alguien que está en otro mundo, en otra esfera, en ocupaciones varias que tú ya no, te pregunta por algo que dejaste aquí casi al azar, se te queda la cara a cuadros y empiezas a pensar que esto, esto, no es tan sencillo, tan hueco y te empieza a parecer peligroso.
El ”suceso”. Intento subir cada día a alguno de los pequeños montes que circundan Bilbao, una forma de cuidar el físico, de mantener la rutina deportiva y de disfrutar del silencio, de la naturaleza y etcétera. El caso es que hace unos días me perdí en la cima de un monte al que he subido cien veces. Bajé por el camino equivocado por evitar el barro del camino principal. De pronto me vi en medio de una tupida vegetación sin saber si podía seguir, algo incómodo, absurdo y también peligroso. El caso es que me tropecé y caí de espaldas en un zarzal. Me protegían el sombrero y la chaqueta que, por suerte, acababa de ponerme por el viento. Una situación ridícula y preocupante porque no podía agarrarme a nada y además uno ya no es tan joven. Pensé en mi imprudencia y en que mi familia, sobre todo mi hija, me iban a regañar a mi vuelta (“no vayas solo al monte, es peligroso que vayas solo”). El caso es que me levanté como pude, me arañé las piernas y las manos como está mandado, volví con bastante dificultad a la cima del monte (que imprudente fui, la verdad) y busqué otro camino alternativo y sencillo. Sobreviví (ahora me rio pero lo pasé mal)
La cuestión es que conté está historieta, abreviada, en Facebook donde creo que no me lee casi nadie. El otro día me encontré en la calle con un amigo que por su profesión lleva una vida bastante ocupada. Nos saludamos y me preguntó ¿Qué te pasó en el monte? Me dije, uy, pues a ver si me lee más gente de la que pienso y debo ser más prudente. En esas andamos

Francesc Cornadó dijo...

Amigo Pedro, supongo que ya estás recuperado y que aquello sólo fue un susto. Ahora, con calma y prudencia ya podrás continuar los paseos por la naturaleza.
Salud

Pedro M. Martínez dijo...

Francesc Cornadó, muchas gracias por preguntar. Excepto algunos arañazos solo sufrió mi amor propio y el susto que me llevé. Con todo creo que no aprendí mucho porque sigo subiendo solo al monte. Tengo respeto al monte y al mar y soy consciente de que con 20 años estaba más ágil y más fuerte pero estoy vivo y bien y no quiero dejar de hacer ejercicio intenso mientras pueda. Me da mucha paz y me alimenta la autoestima, la ilusión que el tiempo va más lento (falso, lo sé, pero, oye, a veces me lo creo). Un saludo.

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