Eso es
No escribo más, fin, soy un hombre con piernas que
traduce a Gaddis al amanecer, que traslada su amor y veneración en un carro de Mercadona
que va de acá para allá sin definir una ruta, sin billete de regreso, con
briznas de hierba en la barba, con admiración por los diversos, Alex Steinweiss
y Walter Benjamin, por Hölderlin y Nico Williams, gentes con piernas y mentes
que corren y piensan mientras me deslizo por el tobogán de amores imposibles y
sed. Todo es tan real, tan cierto que no puedo imaginar conventos ni cárceles,
no me inspira palabras de laboratorio de ensayo saber que ella tiene sus
motivos, que se irá. Se me ha dormido la ternura en los dedos, me los corto,
como pétalos, se los doy de comer a los perros, pobre hombre mínimo,
ensangrentado, sin viajes ni nostalgia, rutina del no, muletas como parapetos,
guerra con un solo muerto, un Aquiles perdedor, un extranjero con la espada
rota, sin radiantes laureles ni cabezas coronadas, lo peor, un mindundi, el
menda, que el jazz me bendiga.
Eso es.
0 comments :
Publicar un comentario