Amarillo
Bien sé que en algún momento del itinerario se producen deserciones, por hastío, repetición, cambios de aire, balanzas no recíprocas, tú me das yo te doy, pito, pito, colorito, donde vas tú tan bonito, la distancia, el día a día, los escritos al viento que cada uno interpreta según su voluntad, uno tan pronto es el que está arriba, en la almena, el protagonista, como la heroína o la se esconde detrás de una cortina que oculta o muestra, ya digo, según su voluntad, como debe ser. Yo qué sé.
7 comments :
Eso le ocurre a la gente normal, yo soy de lealtad perruna, sólo deserto si me siento maltratada, si me siento a gusto, dormiría a los pies de la tumba de mi amo : ) Un beso!
Todos los caminos tienen baches, desniveles, socavones y una serie de accidentes, pero lo importante es cruzar y enfrentar todo para llegar al fina, después de todo, ninguna relación humana es perfecta.
Abrazos Pedro
María, la gente normal, la de ahora, es capaz de dormir en cualquier lado. Para gente normal la de antes (defíname antes, oiga) que solo dormía en su cama (a veces en otras camas pero eso no era dormir). Pues eso, María, que muchas gracias por tantas cosas.
Tatiana Aguilera, de momento vamos a seguir caminando, lo del final (en mi caso) lo pospongo, que se empieza llamando al lobo y te come el rebaño entero. Ay, las relaciones humanas, que complicadas. Un abrazo.
Otros, en cambio, somos como el Guadiana, o mejor aún, como su Parker. De tanto en tanto, asomamos la patita por su página, sabiendo que siempre seremos gratificados por la lectura. Un cordial saludo, Pedro.
Nadie, pues se lo agradezco muchísimo (excepto que sea usted el lobo - por lo de la patita por debajo de la puerta) Aquí tiene usted su casa y siempre es bienvenido. Un saludo.
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