Hasta aquí
서수 Seosoo
Empezar un poema. Intentar describir el silencio, helechos y laureles en un paisaje helado. Capítulo tercero del manual de autoayuda: cómo escuchar el chasquido del odio, el susurro del amor, como escudriñar el corazón del miedo, los pasos de los otros sobre la madera.
No, no escoger palabras sin más, en fila, entre muchas, la letra S, la sílaba oic, la frase que defina el horror del tiempo que no vuelve, del que queda, no. Intentar la minuciosa estrategia de buscar el lado soleado, el brillo de lo bello, la alegría del camino a pesar de los días de marcha, de los vencejos, de la oscuridad de la gruta, del cansancio en músculos y huesos del alma.
Seguro que la obstinación tiene que ver más con el reflejo en el río que con el propio río (que, al fin y al cabo, desemboca en otro río o en el mar).
Hasta aquí.
Hoy.
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