Quiero una motocicleta.
La importancia de lo inútil. Es que esto va así, rápido, para cuando te quieres dar cuenta ya no hay remedio. La moto estaba ahí, plantada en donde yo, rompía la estética y la costumbre. Eran dos, hombre y mujer, siniestros, silenciosos, son los peores. Parker les vigilaba desde la ventana, escondido, nervioso, no fuera ser que. La monja, novicia o lo que fuera, también apareció. Demasiada gente para la rutina echada a perder. Estaba el viento que sí, era normal. Estaba el calor a veces. Estaba Parker en la ventana viendo alejarse la moto, perdiéndose en la.niebla. Esa es otra, la niebla. Habían mancillado las líneas amarillas que para algo están, vamos digo yo. Y Parker, los dos lo decimos. A grandes rasgos esto es todo, no es cosa de, ni de, sí ella quiere quizás de, veremos, lo consulto. Pasa el corte. O no. Calculo que unos 142. Parker se ha quedado dormido leyendo lo del tren bala, así no hay quien se entere. Después de la caída del muro esto. Llamo a Tanja Hollander y seguimos, mano a mano.
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