En el Purgatorio
(En un escenario blanco, dos personas hablan)
Lo mío fue de viejo, de puro viejo, tenía 87 años y muchos achaques, fume mucho de joven, ya sabe, después de la guerra y eso.
¿De dónde es usted?
Alemán, de Múnich.
Qué curioso, le entiendo perfectamente aunque nunca he sabido hablar en alemán.
Si, es sorprendente. Y usted ¿cómo ha llegado aquí?
Viajaba a New York por negocios y el avión se estrelló a la altura de Canadá, no hubo supervivientes.
Disculpe, aquel ángel de la túnica verde nos indica que debemos guardar la fila.
Ah, vale, la burocracia celestial.
¿Me puede decir que pone en el letrero sobre la puerta? Me deje las gafas en la mesilla de noche, con las prisas de la muerte, la luz blanca y eso las olvidé.
Purgatorio, creo, yo tampoco veo bien de lejos.
Lo sabía, tanto pecar, tanto pecar. Bueno , encantado, ya nos veremos por aquí.
Lo mismo digo, un placer.
Auf Wiedersehen.
Agur.
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