Una leve historia (4 y final)
Sigo con la dieta de ensalada de quesos y lechuga, con la meticulosa medicación y la felicidad fue apenas un reflejo entre la oscuridad de las botellas y el frío, de la lluvia y una puerta siempre cerrada. El mar endurecido, inmenso, sin olas, como el cuadro de un pintor alucinado. Estoy sentado en un charco y es fría la nostalgia como la cuerda en mi garganta.
¿Cómo se encuentra hoy?
Mal.
¿Qué piensa hacer?
Escribir.
0 comments :
Publicar un comentario