Tú que lees.
Tú
que lees, es en este imaginario encuentro cuando debo sostenerte la mirada,
verme en el fondo de tus ojos, regalarte o desafiarte, intentar metáforas de
ciego, intentarlo de nuevo, meter algunos recuerdos en bolsas del plástico y
dejarlas en los quicios de las casas del extrarradio, de la ciudad nueva,
fidelidad al amor primero, al tardío, a aquel entre estaciones, acento cordobés
en primavera, lenguaje que chasquea en autobuses rojos, almas que en un baño
eléctrico estaban sumergidas, múltiples actos amorosos, gozosos practicantes de
la fiesta de los cuerpos hasta que el rinoceronte de existir nos fue
arrollando, vivir eran los otros que nacían y morían, era el trabajo, conseguir
un espacio para todos, los que estaban, los que iban a venir y el tiempo grazna
entre los árboles que no nos dejan ver el bosque de la vida en la que los días
se pliegan y despliegan, papiroflexia inversa, ingeniería para insertar las
piezas del puzle, una a una hasta adivinar el paisaje oculto justo antes que la
puta muerte de una patada a la mesa y en cámara lenta vuelen todas y no haya ya
sino silencio, oh, tú que lees.
0 comments :
Publicar un comentario