Me refiero a agosto, claro
Un mes en el fin de la tierra con los días marcados por círculos rojos, verdes, con las horas vividas en plenitud, con un inmenso horizonte detrás de la ventana, como un cuadro luminoso, niños que corren por la playa, recolectores de conchas, señoras que pasean por la arena mojada con un pañuelo en la cintura, el agua tan fría, las gaviotas que vuelan hasta las rocas cuando baja la marea, ahí, en el mar quieto.
Cada mañana me levantaba con los sueños resbalando por la nuca, con un revoltijo de lo que pasaba, de lo que no pasaba y de lo que posiblemente pasaba porque no pasaba. Era tan feliz que no me importaba lo más mínimo.
Ahora sí me importa.
Porque todo pasa, el otoño ha llegado y con eso no contábamos.
Se acabó la fiesta aunque a veces el sol siga como si nada.
Dicen los sabios, los científicos, que la velocidad de los neutrinos puede permitir viajar en el tiempo. No pido mucho ¿podría volver a l (uno) de agosto? (de qué año es lo de menos). Gracias.
4 comments :
Hacía siglos que no pasaba por aquí. Muchos agostos, si se puede contar así.
Qué extraña tristeza (o melancolía) llega con el otoño en este hemisferio... Igual ahí está la solución -si se lo puede uno permitir- cambiar de hemisferio con el solsticio que le entristezca y así saltar de verano a primavera como persiguiendo al sol.
Me alegra haberte encontrado con los textos tan maravillosos de siempre.
gemmacan, empiezo por el final, o por el principio, yo qué sé, tus dibujos, guau, cosa fina, tus textos, hummmm, qué ricos, con comentarios de valientes de Euskadi, independentistas irredentos y personas variadas, jo, así cualquiera, que aquí no comenta ni dios, con lo que era este blog, antes, que venían de los pueblos, peregrinaban, estaban apostados a las 12.00H esperando(me), qué cosas, pues eso, que te leo y después paso el dedo (un dedo) por tus dibujos y al de un rato (cuando asimilo) me levanto (es que escribo sentado) y (te)aplaudo.
Tomo nota de eso de cambiar de hemisferio por si. Te aviso.
Y, yo, y yo... mi vasco de ojos mentolados.
Pero la vida sigue.
Esta vez fui yo quien le dio al "me gusta".
;)
Te dejo hoy un beso que no sabe de estaciones.
Un beso perenne.
De los que van a su bola, y sin razón.
Cuídate.
“Decía la gente que si era de hielo,/que si de los hombres se estaba burlando, /hasta que una noche, con rabia de celos, /a La Zarzamora pillaron llorando”. Que no me importaría haber sido Quintero, León o incluso Quiroga, para escribirte así y decirte y cantarte y ponerme una flor en el pelo, arrimarme a tus rejas (si la tuvieras, aunque así escrito está abierto a todas las metáforas –arrimarme a tus rejas- casi nada) y tocar la bandurria en una tuna mientras te digo que no, que el silencio no es oro (dorado, dicen otros), que te voy a decir que tú no sepas si eres como Minerva (cuidado con lo de la guerra que está la cosa mu malita y lo mismo te mandan para lo de Cataluña en un barco Piolín) pero en guapa, en que daría yo por mirarme en tus ojos antes/entre/después de los suspiros que la vida es obstinada hasta un punto, ese, de momento estoy preparando un beso digno de película de los cincuenta, de aquellos que las monjas tapaban en los cines aquellos de catequesis (no mucho después de esos cincuenta) .
Ya está, este beso, hummmmmmm.
Qué rico.
Nos cuidamos los dos.
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