Al regreso
Viajamos.
Al
regreso, un día, no sé cuál, cuándo, por qué, te acostaste en el borde de ti
misma, sujetaste el cuerpo insumiso y tatuaste la tiranía de los preceptos
sobre tu piel austera.
Llevabas
ceniza en los cabellos.
No
supe si aquello era un desprecio, miedo, pureza o una espera del sí en la
arteria de ser otros.
Ahora, otra
vez te has vencido.
Siempre
te derrotas.
0 comments :
Publicar un comentario