Berlín Lothar Loewe
La
melancolía es la conciencia del límite, saber hasta dónde puede llegar el ser humano.
Nada tiene que ver con la depresión, con la angustia que oprime. Está lejos del
desencanto, de la locura. Para Aristóteles la melancolía es un atributo del
artista. La melancolía es un estado superior de consciencia. Estoy melancólico.
Poesía.
After the radio again reports approaching aircraft people make for the air raid shelters. April, 1944.
Los ataques aéreos —en los que se turnaban
británicos, por la noche, y estadounidenses, durante el día— eran tan
frecuentes que los berlineses empezaron a notar que pasaban más tiempo en
sótanos y refugios subterráneos que en sus propios lechos. La falta de sueño
contribuía a la extraña combinación de histeria reprimida y fatalismo. Cada vez
era menor el número de personas que parecía preocuparse por que los denunciasen
a la Gestapo por derrotismo, tal como indica el aluvión de chistes surgidos por
esas fechas. Se decía que las omnipresentes iniciales LSR, de Luftschutzraum o
“refugio antiaéreo”, significaban Lernt schnell Russisch: “Aprenda ruso
enseguida”1. La mayoría de los berlineses había dejado de usar el Heil Hitler!
para saludar. Cuando Lothar Loewe, miembro de las Juventudes Hitlerianas que
había estado fuera de la ciudad, lo empleó al entrar en un comercio, todos se
volvieron a mirarlo. Fue la última vez que pronunció esas palabras fuera de
servicio. Loewe se encontró con que como saludo más frecuente se había impuesto
el de Bleib übrig!: “¡Sobrevive!”2. (Antony Beevor - Berlin, La Caida 1945)
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