Lástima de tiempo perdido.
Yo
tenía dieciseis años...
en el corazón, pero no tenía
ni un solo lugar dónde colocar
el sentimiento de mi inocencia.
(Genet)
en el corazón, pero no tenía
ni un solo lugar dónde colocar
el sentimiento de mi inocencia.
(Genet)
Pienso en entonces y es ahora, una plaza dónde
cabía el mundo y no cabían los coches, que no había, ni los viejos paseantes,
ni el invierno, sólo tu silueta, ni siquiera tú, que no eras, nunca fuiste sino
el espejismo, la que nunca, no un deseo, no una idea, algo más hondo, intenso,
primigenio, lo que no se entiende, pero duele, lo que sujeta el alma y la
domina, la que ilumina la vida y la disturba, la vuelve del revés, que da
sentido, principio, colorea la espera en las esquinas, el ansia, premonición, error,
acierto, voluntad clavada a un nombre, el tuyo, repetido, soñándote en mil
noches, obsesivo, mordiéndome los puños al no verte, rota la lengua cuando no
te hablaba, era ayer –recuerdo- y es ahora, curioso tiempo circular que vuelve
y somos, ay, amigos, tal vez, nos conocemos, cambiamos confidencias, sin apuro,
bella entrega de historias medio ocultas, de pasado, de emociones, tus padres,
los míos, otras parejas, amores, el tiempo –otra vez- que va corriendo y nos
deja más cerca del otoño que del brotar de flores, más lejos de aquella plaza
dónde cabía el mundo y sin embargo no nos abrazamos una tarde que llovía, no
buscamos la oscuridad para besarnos, no vimos que esto no es un juego y que la
vida –oh, paradoja- estaba escrita desde antes, desde un principio impreciso,
remoto, desde siempre. Lástima de tiempo perdido.
1 comments :
La añoranza me ha envuelto con una cinta de estas letras, en un lazo en el corazón. Eres único. Escribes lo profundo y lo sacas a flote como natural. La imagen superior me erizo la piel. Buenas noches Pedro. Gracias por tus letrras
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