Parada (sin fonda)
Nieva ahí fuera, me paro, no escribo, me rebelo, cambio de conversación, otra carretera, se averiaron los aviones, se quemó el motor, se
fundieron los semáforos, no sé si marcan rojo, verde o parpadea el amarillo,
permítanme que hoy envíe solo este puzzle de espuma de ola sobre fondo negro
porque desde el área el balón describió una bella parábola, un centro medido,
preciso, a la esquina, antes lo hubiera atrapado sin esfuerzo pero ¡crack¡
algún músculo de mi pierna derecha crujió y un dolor intenso me dejó en la
banda para esa temporada y para las siguientes, luego el sillón, los
interminables días mirando el parque desde la ventana y ahí empezó otro
proceso, como aquel extraño animal prehistórico que volaba sobre mí y las
resacas cotidianas, los monólogos ebrios frente al espejo, la búsqueda
desesperada de Dios, el error y los poemas grises desde el frío de la playa de
Bakio, tan sucia, con las olas rompiendo bajo el ventanal, después Ionesco
describió un círculo, lo acarició y se convirtió en un círculo vicioso porque
sólo le valían las palabras y el resto es charlatanería y W. P. Fields no bebía
agua porque los peces fornican en ella y no, no me volví loco, me convertí en
el conejo blanco de Alicia y no tengo tiempo, no tengo tiempo, el reloj creció
y creció y estoy ahí dentro, enano, eludiendo las manecillas como puñales, con
el tic-tac que me enloquece y las páginas del calendario cayendo como en una
película de los cuarenta del siglo pasado, fotograma tras fotograma, fuera está
granizando y cerremos las ventanas por un rato para que el viento polar no nos
deje ateridos ante el espectáculo que antes nos era ajeno y ahora nos
pertenece, que no quiere decir más que cómo lo dice, no le busques tres pies al
gato, busca la sencillez de una sola palabra y una mirada que intenta ser
limpia y sincera, aunque todavía no me he desarmado, tengo la maleta llena de
objetos punzantes, de herramientas afiladas para defenderme de mí mismo, mi
peor enemigo, el benévolo oponente que conspira encogido en el subconsciente
atroz, saltemos del círculo solo para caer en otro círculo, partamos en todos
los trenes, seamos el que agita el pañuelo y el que llora detrás de la
ventanilla que se aleja, seamos el que vuelve, seamos, por un momento, el que
sufre, el olvidado, el preso, el inocente, seamos audaces y subamos a otras galaxias,
ahora que hay hielo en Marte, ahora que vienen los carnavales y nos traerán sus
disfraces, ahora que tanto desnudar el alma, tanta sinceridad nos dejó el culo
al aire por confundir el matiz con la epidermis, antes que la adrenalina nos
llegue a la garganta, antes que los libros, los diarios, las revistas, los
suplementos dominicales, las páginas web nos inunden, nos desborden, nos
transmitan la frustración de saber que con cien vidas más no tendríamos tiempo
para conocer todo, para saber algo, para ignorar que esta sensación trepando
por el pecho puede ser un sentimiento amoroso que se extravió, o que llegó la
hora de cenar, o un bostezo, y así, con el pijama bien planchado, de la mano de
los mayores me voy a la cama y me duermo con un ángel golpeando con sus alas la
ventanas cerradas, ¿recuerdas que las cerramos? y no ocurre nada, todo va bien,
se fortalece el hilo conductor y lo único malo del tiempo para Valerý es saber
que el futuro ya no es lo que era y para Huxley no saber si la tierra es el
infierno de otro planeta y, bueno ¿quién no tiene problemas? aunque conocí una
mujer que jamás había sufrido, tentado estuve de romperle los brazos, asaltar
su cuenta bancaria, raptar a sus repelentes hijos, el chirrido de las ruedas
frenando en la pista central indica que ya hemos llegado, se levantan los
espectadores, se colocan sus abrigos y los sombreros y, de la mano, se pierden
en la niebla, mientras te desean buenas noches o buenos días o indulgencia.
Mañana me voy de safari de despistados, espérenme, por favor. Volveré.
2 comments :
Estresado, ha sido el viaje largo. Aún así condensas tus letras sin tespiro. Eres muy fuerte. Buenas noches Pedro. Gracias por tus letras.
Encarna C, viajes a mí, jejeje. Gracias guapa.
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