Primer lunes del año.

“Te cubro, en el homenaje del sueño, con la seda más cercana de mi cuerpo: atiendo, y revivo // atendiendo. Apenas sé que hacer // sin ti”.    

     Tess Gallagher

Señoras y señores, hoy es el primer lunes del 2013, todo nuestro, un año para vivirlo entero, cada día, para lo bueno y para lo malo, para disfrutarlo por obligación, sin pudor, esquivando los malos augurios de los enlutados, de los que nos quieren tener escondidos bajo la cama del miedo mientras se reparten lo nuestro, ag.

Que muchos vivimos en un mundo paralelo lo sé, un mundo que nos hemos fabricado con palabras, sueños, música y caminar por el lado soleado de la calle, pegar carteles que invitan a viajes y subir y bajar de autobuses que van y vienen por caminos de aire, así es que me sucede que de tanto transitar por los jardines de las galaxias ya no sé si ocurre lo que ocurre o lo invento, ps.

Lunes, sí, el despertador que estaba dormido nos ha vuelto a romper el último sueño, lástima, hasta mis ejércitos soñados sufrieron derrota./Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados, dice Pessoa y será difícil, lo sé, duro, un subir interminables escaleras sin respiración, con la venda tapándonos los ojos de lo cierto, obligándonos a tantear las paredes de la duda, de la sospecha, sin saber si delante está un abismo o el cielo, quizás sean lo mismo, guah, ¿te imaginas?

De cerca nadie es normal y de lejos no veo nada sin  gafas, la vida para palparla, para estrujarla, para saber lo que sí o lo que no, para saber, ¿sí?, entonces, cuando sabes, dar un manotazo a la mesa, derribar los castillos de papel y empezar a escribir una partitura con renglones torcidos y letra de pájaro, silbar  músicas del desierto, matar al mensajero y caminar hasta el otro lado del espejo. ¡Eh, alto! ese del espejo eres tú, ¿eres así?, tanto ir y venir para esto. Y es que de cerca nadie es normal (yo sí).

Les recuerdo que este es un blog sin aspiraciones de eternidad, es cierto que vuelvo una y otra vez, intentando descifrar si la herida era mortal o un desgarro que se cura con reposo, alcohol quizás, distancia, que vuelvo de noche y al mediodía, que nunca está la dama sonriente que espero mientras me corto los dedos, es igual, vuelvo, ay.

Ay.

Ahora es cuando uno decide si va para la derecha o para la izquierda.

Al final llegas al mismo sitio.

¿Cómo lo sabes?, ¿has llegado?

No, por eso.

Hasta mañana.

Igual que el asesino vuelve al lugar del crimen
tras perder la memoria y el olvido
y en el umbral encuentra al que creía muerto
y se vuelve su esclavo sin saber el porqué
y se convierte en perro, y vigila la casa
en contra de la muerte, contra el ladrón ausente
que quizá le robara el precio del rescate,
así yo regresaba al lugar del amor.

Joan Fuster

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