Carta encontrada bajo una piedra.
que avanza en la materia
(Carlos Aurtenetxe).
Un día, ayer, no importa cuando, se me llenó el cuerpo de deseos nuevos.
Empezó en mi cabeza, claro, desde un momento concreto: una confidencia, una escena de una película, un pasaje en un libro, un poema, una mirada.
Desde entonces estoy con pensamientos oscuros.
Esto, que en sí es novedoso, no tendría más importancia de no estar dentro de un proceso más amplio, dentro de la crisis, dentro del cambio, vivir para no morir, soñar para no dormirme, hablar para dar nombre a los demonios.
También es un despertar, un agitar los brazos para espantar los pájaros del tedio, para atraer a los fantasmas que atraviesan los pasillos de mis ansiedades.
Si me tumbo y rebusco en la memoria llegaría a la conclusión de que una cicatriz en la pierna y la manera en que se produjo fue la causante. Pero si rebusco más, si consigo continuar en vela, sabría que curiosear por la rendija de sus deseos turbios, de su pasado amoroso, fue determinante.
Al principio, debo decirlo, me estremeció, me azoró conocer ese cuarto cerrado que ni sabía que estaba en mi casa. Cuando abrí la puerta me llené de curiosidades posadas sobre mis hombros, cuchicheándome en los oídos como duendes maliciosos, susurrándome actos que ni siquiera soy capaz de concretar.
Y ahí está el misterio. No soy capaz de hacer nada que pudiera ofenderla, pero soy capaz de imaginar tantas cosas, antes inimaginables, que estoy gozosamente alterado.
Hablar sobre esto, tratar de definirlo también es nuevo. Hay muchas cosas nuevas en mi vida. Jamás hubiera imaginado este deseo de llegar frente a ella, mirarla, abrazarla con fuerza, besarla como si llegase de un viaje alrededor del mundo, sentir su boca cálida, su beso abierto, sus suspiros, decirle quedo que se quite la ropa, verla desnuda frente a mi, tímida, nerviosa, esperándome, tocar su cuerpo con tantos dedos como pueda, recorrerla con la mirada, gustar de su figura, de su mirada que huye, de sus manos también buscándome, que me quitan la camisa, que me acarician, ya sin pudores, de su voz llamándome, pidiéndome, hoy, mañana rogándome, pasado exigiéndome, siempre cambiante, siempre deseada, penetrar en su cuerpo como bajo el agua, entrar en la húmeda ansiedad del tiempo huyendo como un ladrón, como un amante que llega y se va, sin irse, pedirle que levante las caderas, que incline la cabeza, que suba sobre mi necesidad de darle un universo para ella sola, para su único placer, para que sepa que la quiero a ella, que en este momento es el único ser vivo en el mundo, en un mundo que se reduce a su cuerpo y al mío juntos, abrazados, palpitando, temblando como alocados seres que no quieren separarse y ahí los pensamientos oscuros se vuelven claros y ya solo está ella junto a mi, o sobre mi, o bajo mi ternura bañándose en sus continuos suspiros, en sus ojos que miran y no miran, en su cara transfigurada y le pido que se de la vuelta y dejo mis manos en sus caderas magníficas y explota la luna y ya solo nos queda esperar al tren de regreso, al último viaje que nos devuelva a otra realidad, a otro planeta donde la gente ríe o llora o está tan seria que no merece la pena volver, y sin embargo.
30 comments :
Es como si me hiciera letra al leerle...
Glup...Hurgando en tus palabras, dan ganas de sentarse a esperarte.
Cecilia
Arremeten los sueños y las esperanzas contra las oscuras sensaciones de la espera... ahí mismo en que todo se transforma en lo real o en lo deseado...
Maravillosa carta! deberé urgar más entre mis rincones :) saludos
glup...
Y la niña que lee a Tintín repite. Sin embargo, sin embargo, sin embargo...
De los deseos nuevos a los pensamientos oscuros.
Da para pensar.
Claro que con esa habitación de por medio y esas vivencias...
Abrazos.
Scheherazade, curiosa metamorfosis.
Cecilia, ¿como a Godot?
Amada Inmortal, tus rincones son los míos, y viceversa ¿no?
(no, creo que no)
bajamar, vuelve, vuelve ¿estás mejor?
A la sombra de un Magnolio, con un ataque de tartamudez, sin entender, o entendiendo. ¿te lo explico? reina.
ybris, sobre todo, más que pensar, da para sentir. Y cuando lo que sientes te desborda, entonces piensas. Y el goce te asusta. Y te entregas. Y vives los días como en lo más alto de una torre entre las nubes. Hasta aquí puedo leer.
¿La carta? No. Lo otro, sí. A ser posible sin números, please.
Pues eso, sentir... y no tratar de entender. Eres un poema, señor Glup, te dijeron? y además ahora gozoso.
Y las hay con suerte, jo!
Un beso bajo piedra y nada de alacranes.
Imaginar tantas cosas antes inimaginables?, pero alguna vez las soñarias no?despues de todo el cuarto oscuro siempre estuvo ahi .
Besos
Magnolio, tus deseos son órdenes...
Tus deseos...
Lo otro, sí.
Margot ¿ves? Uno quiere ser poeta y es un poema (menos mal que gozoso)
La suerte es mía (no lo sabes tú bien).
Un beso en cada uno de tus dedos
No, churra, mi imaginación es limitada. El cuarto oscuro lo tenemos todos, se llama subconsciente. Cuando se encienden luces sabes que estaban ahí, no sabes dónde, pero sabes que estaban. Su dimensión, su efecto, es tan grande que te asustas, que temes por tu cordura, por saber controlar esas cosas antes inimaginables. En ningún sueño podía haber ocurrido algo así.
Y luego ya nada es igual.
Hasta que un día, sí, es lo que era.
Pero si te cuento todo aquí ¿qué escribo para mañana?
Además, ¿has visto que día tan magnífico?
Hay que vivir.
Besos
"... hablar para dar nombre a los demonios". Llevo años escribiendo sobre eso; tal vez por ello quedé prendada a tu frase. Mis demonios siempre escapan del cuarto oscuro, mezcla de ático y subterraneo donde se apilan recuerdos y deseos. Solía pensar que si se les ponía nombre podría controlarlos pero verdaderamente se requiere mas que un simple bautizo...
Logras transportar con tus palabras. Creas mundo.
Un abrazo y encantada de leerte :)
Señor Glup, le aseguro, es mucho mejor ser poema que poeta! aun cuando fuera un poema triste o chiquito. Poetas sobran, poemas nunca... de esas paradojas pero al menos esta es chula, ey!
Que más besos
Sin embargo...
Y tambien no obstante.
Claro.
A ver Pedrito, pues te digo que estar con la mujer amada y hacer... eso, está muy bien.
Cuando visitás una casa muchas veces y en el interior mirás la misma puerta siempre cerrada, te llenás de curiosidad por saber qué hay ahí, por eso, cuando mis primos vienen a la parrillada, siempre cierro bien mi cuarto, aunque ya saben que hay una cama, una tele y demás muebles, pero todos se mueren por ver que hay del otro lado de mi puerta. Ni yo mismo sé porqué hago eso, pero lo hago y me encanta.
Saludotes y abrazotes.
Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur
Pues bueno, después de leer tu post pienso y digo, qué se siente ser otra persona, ó por lo menos estar en su cuerpo, ó sea, verme al espejo y ver a un chico güero, de ojos azules, delgado, muy blanco y alto.
Y con lo demás, pues me imagino ese momento de... bueno, lo que un hombre y una mujer hacen cuando están solos, uy!
Saludos y abrazos.
Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav
Maga, te doy las gracias en nombre de mis demonios.
Y te presto un candado para que encierres a los tuyos.
Aunque no es tán fácil.
Un abrazo
Doña Margot, sea como usted dice, que está la mañana poco propicia para contradecir a una dama.
Aunque esa frase “es un poema tiene un matiz peyorativo en algunos casos.
Eso, que besos, montones.
En eso, como en tantas cosas, tienes razón Misántropo
Arthur, el misterio, siempre el misterio.
Hacer... eso, está muy bien aunque no sea (exactamente) la mujer amada.
Tampoco vamos a empezar ahora con tiquismiquis.
Saludos
Gusthav, quédate como estás, yo te veo muy bien, no necesitas cambios.
Lo que un hombre y una mujer hacen cuando están solos.... Ayer estuve a solas con una mujer. Hablamos mucho. Nos miramos.
Has sido muy delicado. Gracias.
Saludos de fin de semana.
Scheherazade dijo...
"Es como si me hiciera letra al leerle... "
Me ha gustado tanto, que no quiero hacer sino repetirme...
Un beso,Hilda
Pues aquí cerramos el círculo que empezó Scheherazade.
Mi querida Viuda de Tantamount, muchas gracias por tu repetición.
Y un beso a Hilda
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