lunes, 28 de mayo de 2007

Despedida.


Quién amo con piedad el mundo pasado
no sabrá qué hacer en este mundo
(Novalis)

Alrededor la ciudad explota y sufre, los bárbaros están a punto de llegar, pero en este momento no siento otro deseo que el de hablarte así, con lentitud, dejando caer mis morosas palabras a tu oído, llenas de amor, hinchadas de la necesidad de hacerte entender que despiertas mi parte luminosa, que puedo levantarme aunque el cielo esté lleno de peligros, ir a buscarte, equivocarme, confundirme, aceptar mi error, el azar, lo incomprensible, pasear ansioso bajo la lluvia y volver con la desilusión dando vueltas entre las ruedas del único autobús de la mañana. Es un riesgo, lo sé, pero he olvidado la lucha y solo puedo pensar en ti.

Nos ordenan resistir en la alameda. No sabía que esto podía suceder, todo estaba previsto, nuestra salida por la frontera del sur, el barco, la huida juntos. Por eso ahora estoy agitado, conmovido, desordenado, lleno de sentimientos nuevos aunque un soldado no llora. Puedo escuchar la voz autoritaria de tu padre, leer tu queja en los labios, los reproches, puedo resistir tu sinceridad aunque me lacere, aunque me llene de ortigas. Solo quiero decirte que no, que estoy rendido, que tu voz me despierta, me agita, me conmueve, que sólo quiero tu sonrisa, tu mirada sabia, tus gemidos, tu distancia calculada, tu cercanía gozosa, la diferencia que me aprisiona.

Antes de subir al tren con tu familia me dices que debemos separarnos, que no podemos continuar. No quiero remover el agua, apenas me atrevo a hablar para no enturbiar la belleza de esta despedida. Alrededor el mundo que conocíamos cambia, se rompe, el horror ha herido nuestra mirada para siempre. Comparado con ello mi dolor es minúsculo, pero es el mío y duele, tanto. Esta sensación de vacío, terrible, de ya no, de preguntas al viento, mientras mi corazón está flotando entre olorosas flores rojas, mis pulmones respirando tu aliento sobre el uniforme mientras recuerdo las últimas lágrimas. Te digo adiós con la mano mientras escucho los gritos de muerte y justo ahora sé que los bárbaros han entrado en la ciudad.



30 comments :

Atzavara dijo...

Pocas cosas se sienten tan tristes como una despedida en la estación...

Besos... con nocturnidad y alevosía...

Anónimo dijo...

No hay nada peor que esa sensación de vació...que jamás se llena con nada ni nadie.

Que duro soldado que te maten dos veces, y que ni una ni otra te den consuelo.

Besos...

Margot dijo...

Me gusta comentarte por la mañana pero no tengo sueño, me pasé de siesta, ays!

Novalis tenía razón, tipo listo. Y tu soldado y las alamedas y por qué narices me siento hoy como si los bárbaros hubieran entrado en mi ciudad?

Y eso que me gustan los trenes y los andenes. Y tu forma de contar, eso más.

Besosssssssss de buenas noches, señor clip de audio.

Pedro M. Martínez dijo...

Atzavara, ya sabía que tenía (corazón) pero quería que lo dijeras tú.

Y sí, lo de las despedidas lo sabemos los que nos quedamos en el andén.
Y los que se fueron en el tren. Ay.
Besos sin control

Pedro M. Martínez dijo...

Scheherazade, me han matado más.
Es lo que tiene la guerra.
(Creo que escojo mal el bando)
Besos...

Pedro M. Martínez dijo...

Coméntame cuando quieras Margot.
Y los bárbaros no es que hayan entrado en tu ciudad, es que no han salido (vaya banda).
Soldados, trenes, andenes, vaya post.
Oiga, sólo señor, lo del clip de audio es que me pasa como a ti, que no sé como poner un link a mi otra página (Aquí) ¿Ves?
Ya te explico lo del HTML, mañana.
Besos.

Valeria Elías dijo...

odio las despedidas y los no me ames y esas promesas bobas que uno hace de no olvido... dejar partir al ser amado es como pretender que el desierto sea un rio al borde del prado... besos

ybris dijo...

Hondo desgarro de las despedidas.
Sobre todo de las irrecuperables tras la llegada de los bárbaros.
Sobre todo también la del soldado que sólo sabe que tiene que resistir.
Menos mal que siempre quedan voces que consuelan.

Abrazos.

Arthur dijo...

Pues no te olvides de la lucha. Es como yo, si algo me duele, aprendí a que debo pcultarlo, que nadie más lo sepa (ni siquiera mi Mamá) y resistir.

Las despedidas son horribles, pero lo que no te mata, te hace más fuerte. Yo siempre he crecido como un soldado, y aprendí que no debo de llorar, simplemente a decir que es difícil ser yo (y eso es en serio, de todas formas, yo también digo las cosas en serio).

Todas las frustraciones que he sufrido, las palizas y regañizas que me ha dado mi Madre me han hecho muy fuerte. Mi Madre no me deja legalizar mi nombre que todos acá en blogger conocen, yo le pido piedad, pero ella me la niega. Asíque aprendí a no tenerle yo tampoco piedad a nadie.

Pero, bueno, te digo esto porque te has ganado mi confianza.

Saludotes y abrazotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Gusthav dijo...

Después de una despedida, sólo puedo darte ánimos, y decirte que ya no recuerdes eso, mejor mirá hacia adelante.

Saludos y abrazos

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Pedro M. Martínez dijo...

Amada Inmortal, pero llegan los bárbaros, guapa, se van todos. Y ahí no sirven los besos y tequieros. Debo escribir sobre esto. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, lo del soldado parece tomado por los pelos, pero tiene su sentido. Lástima que sea solo para mi. Se nos olvidan demasiadas cosas. Vamos tan rápido que pensamos que todo ha sido como es. Y no.
Tú me entiendes, seguro.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Arthur, me descolocas, me sorprendes, me dan ganas de sentarme frente a ti y aprender, o enseñarte, no sé.
En cualquier caso agradezco tus espontáneos y sinceros comentarios cotidianos.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Gusthav, no sé si eres el otro yo de Arthur, o él mismo, o su mejor amigo invisible. Pero seas quién seas también agradezco tus comentarios. Abrazos.

Arthur dijo...

Tanto podés aprender de mí, como podés enseñarme y yo aprender de vos.

Saludotes y abrazotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Gusthav dijo...

Pues, existo, asíque no soy imaginario, ni tampoco soy Arthur (pero a veces me gustaría ser él, ó mejor no, porque es muy difícil).

Pero sí soy su mejor amigo, su casi hermano, y aunque su Mamá y mi Papá ya no se van a casar, seguiremos viendonos como siempre.

Saludos y abrazos.

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

gaia07 dijo...

… y sigue ocurriendo, ahora, hace un momento, dentro de unas horas, en cualquier lugar del mundo, siguen despidiéndose, diciéndose hasta nunca, el derrumbe de lo conocido, la incertidumbre de la muerte antes de tiempo, sufriendo el caos interior y el de alrededor, no teniendo más opción que guardar silencio…

Cada día disfruto más con esta ventana abierta a tus relatos, querido Pedro. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Sí, es mutuo. Y me alegro, Arthur.

Pedro M. Martínez dijo...

Ya, que existes está claro, Gusthav, pero tengo algunas dudas.
1 lo de México –Argentina.
2 lo del desdoblamiento de personalidad.
3 ¿No seréis gemelos?
En cualquier caso, repito que estoy encantado con tus comentarios.
Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Te estás enganchando gaia07, están las clínicas llenas. Deberás someterte a una cura de desintoxicación glupiesca. Y es dura, lo verás.
Además no tengo ningún propósito de dejar este rincón, o sea que tú verás lo que haces.
Lee, lee, luego no me eches a mi la culpa.
Con cariño, un beso.

gaia07 dijo...

“Desintoxicación glupiesca” ¡ni soñarlo!
Quiero estar toda la vida intoxicada de glup ¡faltaría más!
Para una buena que hay y perdérmela ¡jamás!
jajaja Besos de adicta.

Anónimo dijo...

Quiero decir que yo sólo sé despedirme, cada contacto, cada instante vivido es una forma de ir caminando al anden, siempre una huída, siempre el silencio que va después de la palabra escrita... y luego nada, los recuerdos preservando el tiempo, el olvido necesario, nuestras manos siempre acumulando besos lejanos.
Despedirse es preservar a la gente, en la postal de nuestra mirada, detenida, los ojos llenos de agua y el silencio del adiós que se extiende en un por siempre. Tal vez no recordemos los gestos de nuestra gente cotidiana, pero siempre podremos guardar en nuestra mente esa última mirada, el gesto de dolor que dice no más, no te vayas más que esta despedida no basta, ya no para tanto silencio, tanto olvido, tanta nada...

Anónimo dijo...

Hoy el mejor día para decirlo. No sólo entraron, sino que se han quedado y con aplausos.

M dijo...

Abiertamente adicta a Glup.

Los barbaros nos invaden a diario...colonizan todos nuestros sentidos....
B x C

Margot dijo...

Y lejos de las huestes de los bárbaros se oía un clamor popular...

Te debes a ellos, señor Glup... aysss, que dura tarea la del juglar!! jeje.

Que besitos de buenas noches, una que se va a mimir. Que usted lo descanse bien.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07 es lo que tiene esto de bueno, el humor, que nos reímos, pues eso, gracias guapa. Seguiremos así, contentos. Besos de ex (adicto)

Pedro M. Martínez dijo...

Inmarcesible este es un comentario de lujo, ufff, muchas gracias, has pintado esta página de belleza. Me quito el sombrero. Saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

Pensaba “que dice esta Magnolio”, pero ya, sí, vale, que se queden. (además no depende de nosotros, han entrado por la fuerza de las armas).
Algún día escribiré sobre eso.
Besos, muchos.

Pedro M. Martínez dijo...

Viuda de Tantamount, enganchado a tu manera de escribir, de decir tanto con tanto (no hacen falta tantas palabras). Aprenderé (espero).
Mientras te beso la mano.

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, mañana intento escribirte (te pondré a parir, deslenguada)(esto...sin doble sentido o intenciones previas). El clamor popular es el que había ayer ya sabes tú dónde (¡maldición!) Eso (por decir algo)
Ni besitos ni leches, besos de morreo. Así.

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