Parker de Greenwich a Berlin.
En Greenwich había muchos ricos y algunos pobres, Parker sospechaba que estaba en el lado equivocado. Después de la trágica pelea en un lugar parecido a una cantina (lo contaré otro día) se vino a Europa.
Eso. Entonces. Ayer. Parker,
Llegó a Berlín, que no era como es ahora (nada es ahora como era), encontró trabajo en una acería y ahí empieza la segunda parte (que tampoco pienso contar en este momento).
Parker comprobó que era un buen trabajador y que las chicas alemanas no entendían nada de lo que decía.
De unas y otras cosas Parker aprendía, también del silencio opresivo de un Berlín oscuro.
Eso. Hoy. Ahora. Antes. Parker.
2 comments :
Las ciudades nunca son como las recordamos, cambian en cuanto nos damos la vuelta...
Beauséant, muy cierto. A veces parece que solo cambiamos nosotros.
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