Me callo.
Zuckerber me recuerda cada día lo que
hice/dije hace un año, dos, ni sé cuántos. Un detalle. Han cambiado demasiadas
cosas, paisajes, emociones, pensamientos, actitudes, costumbres, manías,
sensaciones, aficiones, aflicciones, ausencias. O quizás no, no podría jurarlo.
Hoy está este ahora y es lo que hay. Detrás de la ventana están las obras del
parking, las del edificio de oficinas de enfrente, ruido, camiones cargados de
escombro, obreros comunicándose a gritos, una delicia. Había silencio, antes. También
están los libros, papeles en blanco, los recuerdos, la nostalgia, la inquietud
por esto y aquello y sobre todo la esperanza. Esto es un día cualquiera y no
tengo mucho más que decir. (¡Pues cállate!) Y me callo.
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