© Paco Yao

martes, 29 de octubre de 2024

Final sin poema.

 



Se han abierto las puertas de mañana, el personal necesita un descanso, cambiar las paredes, los soliloquios en habitaciones circulares con imposibles papeles pintados, durmiendo con desconocidas que preguntan la hora y qué desayunaremos, presos de vivir, con un frasco medio lleno de pastillas de colores, con la memoria a continuación de la rutina, con suspiros como navajazos y el guiño de un felino, amándonos con desgana, sin aire, justificando este tiempo, este momento, el ahora de aire viciado  envuelto en sábanas negras, una semana de compañía y niños que lloran de madrugada en el cuarto de al lado, abrazados quizás por el miedo al regreso, la vida detrás de la ventana que da al mar, llegar después de los más rápidos, de esos, esparciendo sal debajo de las camas, en las esquinas, detrás del cuadro en la repisa, ella mirándome desde una fotografía en blanco y negro, todo lo que recuerdo está en blanco y negro, soy un gladiador herido que espera un gesto de gracia del emperador, extasiado en una poesía que no existe más que en mi cabeza, atado a un martes que no es, pintando firmamentos por encargo, purificando mis llagas, la lucha, violando las promesas, manifestando que no, soportando la crueldad del espejo del cuarto de baño, buscando musas por bosques arrodillados junto a un mar que se enrabieta, la mano en el corazón, la dulzura desparramada por una autopista sin radares ni unicornios, sin armonía, de un solo sentido, mi cuerpo al lado de una ella sin rostro, amándola con movimientos claudicados, inventando el placer del instante, el éxtasis, una botella de orujo en la mesilla, bebiendo un libro de poemas de Alba Cid.

 


lunes, 28 de octubre de 2024

No os metáis en mi territorio



Se llama writer’s block a esa dramática situación en la que el escritor no encuentra nada sobre lo que escribir, no le llega la inspiración. También se conoce como panne d’inspiration, blocage, crampe de l’écrivain, c'est fini.

Como muchos yo también escribo, sí, pero es una afición en la que ni siquiera tengo la oportunidad de sufrir ese writer’s block, pobre de mí.

Pero, por si acaso, "no os metáis en mi territorio" que diría Walter White.


domingo, 27 de octubre de 2024

Domingo



Es domingo. Quiere esto decir que el personal tiene otras cosas que hacer que visitar blogs. Lógico. Hay quién se va al monte. Hay quién se va a la Rioja a buscar mercados medievales, huellas de dinosaurios, catedrales románicas, árboles frutales o gallinas descabezadas. Hay quién se queda en casa con las persianas bajadas. Hay quién no leería ni en presencia de su abogado. Hay gente pa´to. Miro al cielo, nubes negras, no para de llover, ya veré dónde voy, si voy.

Disfrutar de lo que queda del fin de semana.


Oye, capullo, yo soy bombero y hoy trabajo.

Glup.

Y yo enfermera y tengo turno de tarde.

Glup.

Yo tengo tres años y no sé leer.

Glup.

Pues yo llevo dos horas esperándote, déjate de blog y vámonos.

Glup (y me voy).

sábado, 26 de octubre de 2024

Struldbrug


No quiero ser un struldbrug, no, no envejecer sin la muerte sentada en el zaguán, no quiero ser inmortal sin la ondulante juventud que se equivoque los días impares.

– Tú verás, morirás.
–Cierto, pero no quiero ser un struldbrug.
–Tú te lo pierdes.
–Vale.
–Pues eso.
–Ya.

En la primera fila del concierto, bailando sin lobos, gritando a la noche y al frío, entre los otros, solo, un, deux, trois, nous irons au bois, un atisbo, por ahí empezaba el sendero y sin embargo entré al profundo bosque de lo que iba a ser ¿me perdí?,  no hay vuelta atrás, a buenas horas, hay lo que hay y queda lo que quede,

–Joder, no quieres ser un struldbrug y te quejas, sigue nadando y calla.
–Je suis ennuyé, 


Los struldbrugs son aquellos humanos que, naciendo aparentemente normales, son inmortales, pero aún sin morir, siguen envejeciendo. Eso cuenta Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver Así se describe lo funesto de la inmortalidad sin la juventud eterna.  

viernes, 25 de octubre de 2024

Rubens

 

(Saturno devorando a sus hijos. Rubens)

 

Se para la máquina, con miel y licores alimentamos a los pájaros, todo tipo de pájaros, desde abubillas a oropéndolas, especies protegidas, apropiadas para contar lo que no es apropiado contar, la confesión, la culpa, lo del revés, nada. No se trata de cumplir los principios, los preceptos, lo que hace demasiado tiempo me propuse al empezar este trabajo/mentira. No hay literatura, es una suerte de salto al río en tiempos de sequía (1).

 

(1)   Como no haya agua el golpe contra las piedras del fondo es seguro ¿Dónde está el fondo


jueves, 24 de octubre de 2024

Joe Gould

 

Joe Gould

Por ejemplo “Los tres mosqueteros”  (¿qué dice este?), la primera temporada de “Breaking Bad” (de eso hace mucho, ¿no?, no), el último beso a la princesa (¿Dónde estará?, ¿con él?), la inacabada “Historia oral” de Joe Gould (¿quién fue? búscalo), el reencuentro con Simenon. Joan Didion, CJ Hauser, Emma Cline (todas mezcladas, al fin y al cabo…), el descubrimiento de la intermitencia del presentimiento (de la aprensión a la pura hipocondría) y así puedo seguir pero no, esto va de aquí hasta aquí, hoy. Señoras y señores, hagan juego (o no). 


 https://www.dailymotion.com/video/x8x3ibg

https://dai.ly/x8x3ibg

https://clubdelecturavirtualcyl.wordpress.com/2024/06/03/el-secreto-de-joe-gould/

miércoles, 23 de octubre de 2024

Niebla del Bierzo

 




Salimos a caminar al amanecer.

Un mundo quieto entre la niebla del Bierzo.

Sentada al borde del sendero.

 No sigo -dijiste-. 

Veníamos del desconsuelo.

El final aún estaba lejos.

martes, 22 de octubre de 2024

Entendimiento.

leszek bujnowski


Debo escribir para que me entiendas. Debo escribir claro para que me entiendas. Debo escribir claro para que me entiendas mejor. Debo escribir para que no me entiendas. Debo escribir ¿para qué? Debo escribir para que te entiendas. ¿Debo escribir? Debo escribir para que te entiendan. Debo escribir porque me entiendes. Debo escribir porque no me entiendes. Debo escribir para que no se me entienda. Debo escribir para que me quieras. Debo escribir porque me da la gana ¿entiendes? Debo escribir porque no nos entendemos. Debo escribir porque este otro yo me obliga. Debo escribir porque algo aquí dentro pugna por saltarte a los ojos, aunque no lo entiendas. Debo escribir para amortizar este derroche de entendimiento. Debo dejar de escribir porque ya me has entendido. ¿O no?

lunes, 21 de octubre de 2024

Váyanse a pasear

 


     Señoras y señores, déjense de gaitas y váyanse a pasear de una santa vez, miren la luna, el horizonte de agua o de tierra, mírense, crucifiquen el pesimismo, la noche está llena de luciérnagas, del cálido manto de la esperanza, olviden la virtud, pequen, vistan de blanco sus esperanzas y pequen sin medida, no hay infierno, me lo ha dicho un arcángel, solo hay miedo, me lo ha dicho esa que mira, la que me seduce para ir detrás de la cortina, no sé nada, iré, en equilibrio abro los brazos, nos hemos comido el fugaz septiembre  y ahora octubre, la Navidad nos espera, vámonos, ¿volveremos? (el oro es el regreso)

domingo, 20 de octubre de 2024

sábado, 19 de octubre de 2024

Cristina



Entre las sábanas que bordaba Cristina, escondido, abrazado a sus piernas, ajeno a los gritos de los vigilantes de fronteras del idioma, silencioso, con los dedos como parásitos y los brazos estirados.  

Los amenazantes espectadores de mi actuación, con sus puños ignorantes, con narices de deshollinador y botas de goma, están ya prestos a la denuncia o a la risa (no sé qué me molesta más).

Bajo aquel mar de popelín e infancia, pensaba en que mañana, de nuevo, seguiré la farsa. Este es un aviso para despistados, toda sea para perduren las palmas de mis manos en el cemento.  Que usted lo vea.

(Tú más.) 

viernes, 18 de octubre de 2024

Escozor.

 



Mujeres niña, esclavas del padre,
no pueden salir de la silueta,
siguen girando en el laberinto
con luz de un candil de estupor.

Mujeres mujeres colgadas del padre,
no encuentran la salida,
tantean su noche con un cayado,
adoradoras ante sagrarios esquivos.

Madres  niña presas de amor al padre,
no saben el misterio de su demanda
de su devoción prisionera,
manos tendidas al silencioso vacío.

Mujeres descalzas en el rellano
de una escalera imposible,
ahora suben, ahora bajan,
escozor del recuerdo.

La niñez sentada a horcajadas
sobre el caballo de la vida
que salta el obstáculo
de su propia vida.


jueves, 17 de octubre de 2024

Peter Poulton

  

 Peter Poulton

  No es bueno tanto ir y venir a la fuente con el cántaro en los brazos. 

No es buena la costumbre, la rutina, estar siempre, mantenerse, la fruta en el árbol, lo que es, las alabanzas, saber que sí, lo imprescindible.

No lo es porque no lo es, no.

Y punto.

Sé estas cosas porque las explica el cura de mi pueblo, sube al púlpito y nos ilumina. 
Menos mal.

Pero.

No son buenos los viajes a los labios de ella, vivir en su pecho de frutas, morir cada día entre sus piernas.

Sé estas cosas porque  me las dice despacio en las madrugadas sin gallos, cuando me miro en sus ojos y renazco. 

Tiemblo al mediodía cuando se va, no mengua mi adoración, sigue en mí.

Pero no es bueno vivir pendiente de sus idas y venidas. 

No es buena la costumbre de amarla sin medida.

miércoles, 16 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Final)



La vida sigue hasta la muerte.

Progresivamente John fue desarrollando branquias hasta que florecieron y se planteó cuál era su mejor forma de respirar. En el 2024 se equivocó, respiró por donde no era y murió por segunda y última vez.

Como ya dijimos sus padres habían desaparecido años antes.

En octubre del 2020 había fallecido Arantza víctima del covid o de un enfisema pulmonar que le produjo su larga adicción al tabaco.

Idoia murió a primeros del 2022, de algo, serena, rodeada de gatos y recuerdos.

No sé si me dejo alguien de la historia pero si sí, seguro que también ha muerto.

Es decir, que te mueres, en los cuentos y en la realidad, te pongas como te pongas, con un 100% de seguridad.

Mientras tanto, disfrutemos.


No sé qué haces leyendo estos cuentos absurdos.

martes, 15 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Segunda parte)



A primeros de julio del  año 2020, el mar devolvió a John Aguirre que emergió entre las olas de la playa de Laga, en Vizcaya, ajeno al gentío que abarrotaba el arenal. Nadie reparó en él. Se dirigió al puesto de la Cruz Roja explicando que había resucitado. Los musculosos socorristas a pesar de no creer sus palabras le facilitaron una camiseta blanca, un pantalón corto, un billete de metro hasta Gernika y una escueta colecta de euros.

Se dirigió al antiguo domicilio familiar. En el buzón para la correspondencia figuraban nombres que no le decían nada. Se fue.

Su siguiente búsqueda lógica era Arantza. Sorprendiéndose de lo cambiada que estaba su ciudad caminó hasta el centro. Su figura aún atlética, las barbas y su  indumentaria no llamaban mucho la atención debida a la variedad de gentes y razas que poblaban Bilbao, una ciudad cultural. Sentado en un parque vio salir y entrar a los vecinos actuales del portal donde antaño vivía Arantza, ella no aparecía. Al final de la tarde una anciana encogida y mal peinada, con un perro ladrador, enano, le recordó vagamente a la que fue su novia. Se marchó, confuso.

John hizo una raya en el asfalto y corriendo por las calles buscó a Idoia López, gritó su nombre. Había tantos hombres gritando por las calles que apenas se entendía su desesperación, se mezclaba su angustia con la de tantos. Varias horas después, cuando a punto estaba de volver al mar, desde una ventana una mujer le hizo señas. Sabía que volverías le dijo desde la puerta de su buhardilla. La noche fue corta y cálida, apenas hablaron, no había tiempo para las palabras, se amaron con tanta dulzura que las paredes rezumaban letras de canciones hippies y flores, los gatos bailaban en los tejados y varias estrellas fugaces rompieron el cielo en siete partes. Qué bonito.




 Notas:

  • ·         A me dice que esta segunda parte es absurda, que recuerda la historia de aquel pianista mudo que reapareció al cabo de los años.
  • ·         T dice que lo resucite en pez, en besugo concretamente, pero me recuerda a una película de Tim Burton.
  • ·    Escribo sabiendo que me estoy resucitando y que no sé cómo reubicarme, que invento lo que siento y que la vida pasa demasiado rápido debajo del agua 

lunes, 14 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Primera parte)

 



John Aguirre era culturista, narcisista, equilibrista emocional y un gran nadador, lo que no impidió que el primer domingo de julio del 1995 desapareciera en las aguas de la playa de Laga, Vizcaya. Los amigos vieron con admiración sus poderosas brazadas entre las olas y con preocupación que no regresaba a tierra.

Sus padres, su hermano, sus familiares, los vecinos le buscaron sin descanso, sin éxito, le lloraron con amargura. Aún sin resignarse, cada año, en julio, dejaron flores en el acantilado frente a la isla de Izaro.

John mantenía una relación sentimental con Arantza Malaxechevarría, una bella mujer que le añoró unos pocos meses para después casarse con un capitán de la marina mercante qué, curiosamente, murió ahogado en las costas de Trinidad Tobago.

John era inquieto y también mantenía una continuada e intensa relación sexual con Idoia López quién al no ser la novia oficial mantuvo un elegante silencio si bien su corazón estaba plagado de intenso dolor ya que del roce nace el cariño y de ahí al amor apenas hay un trecho. Idoia enlutó su alma y a pesar de que tuvo varios novios, hasta seis, jamás olvidó a John.

El tiempo pasó y cada uno siguió con sus asuntos. Cuando los padres de John fallecieron se terminó el ritual floral. Su hermano heredó. Como dijimos Arantza, viuda, tuvo una flaca memoria. Idoia, tan sentimental, mantenía una vela frente a la fotografía de un John eternamente joven.

Hay varios nombres más, femeninos, pero no son el motivo de esta historia que sigue mañana.

domingo, 13 de octubre de 2024

A voces

Inescapable State of Dream. Berlin. August 2023

"El secreto de la felicidad está en exprimir una habilidad"(Punset)

Puede ser.
Define habilidad.
(Aunque la constancia.)

¿Para qué sirve todo esto?
Entro a buscar una farmacia de guardia para lo mío y me dan las doce, los nombres se repiten, bajan las visitas, las llamadas, las preguntas, es este un tiempo de cambio.
Es una pregunta.

Cambiemos.

Ana María Matute considera que escribir es “siempre una forma de protesta”, no necesariamente política o social, a veces “contra uno mismo”, y también una manera “de decir las cosas que todos sabemos y, si no sabemos, intuimos”

Tomemos un ejemplo:

Desde el balcón del observatorio mido la distancia a la realidad, la cresta de los gallos, desdeño la palpitación de la vida que adivino detrás de las cartas todavía no leídas, temo a las sinuosas bestias que merodean frente a la puerta de hierro y madera, acoto parcelas en la tarde pelirroja, arrojo lastre por los ventanales, no remite el ardor, la mentira tiene forma de herradura y lombrices.

Quisiera besar tus mejillas.  

¿Es esta una forma de protesta?
Algo ocurre, o Ana María Matute protesta demasiado o este es un lugar equivocado.
En cualquier caso me voy pero volveré, tú nunca dudes de mí, Norma mía.

Ya no sé qué.

sábado, 12 de octubre de 2024

Clara Peya - Nana para mí feat. Sílvia Pérez Cruz

Mozart - Cavatina L'ho perduta

Brandon Som

 



Qingming
Frente a su registradora, mi padre mantenía un bolígrafo
detrás de la oreja para vales y cheques cobrados.
¿Cómo llaman a ese espacio?
Arroyo y peineta, pistolera y pequeño
florero; su broche a veces una pinza
para un cigarrillo, esos cigarrillos sueltos que Eric Garner
presuntamente vendía en una esquina afuera de una tienda
como la de mi papá, por fuera de los paquetes duros
y blandos gravados por el estado que yo de niño mantenía
surtidos en su vitrina, sus hileras en columnas un ábaco
encima de nosotros. Visito la tumba de mi papá
en su hilera de granito de sepulcros de tenderos
que dicen Harlins, que dicen Garner, que dicen Floyd,
demostrando respeto con dumplings envueltos en papel de aluminio
en el humo espectral de la quema de dinero para los espíritus,
esos billetes de veinte que mi papá miraba a contraluz
buscando la marca transparente, a pesar de la falsificación
de nuestro nombre en el papel, su papel picado
y vales, su empleo secundario y sus embelecos.
Las esquinas son espacios con ángulos, espacios
con aristas. Recuerdo a mi padre cascorvo
detrás de su escoba-rastrillo o recostándose
a una plataforma rodante de Modelo & Mickeys para mover
las hileras de la tienda, para surtir la alacena fría.
Aunque aún no lo sabía, estaba aprendiendo
el papel con todos sus nombres: la pasta de papel y la lechada
de las sílabas, cómo guardan silencio, incluso
cuando las pronunciamos. Preferible oír encender una cerilla
y el raspado de un tiquete, mientras barro lo abstruso,
las fricativas de esos caracteres cincelados
que mi papá no podía leer, salvo ese pergamino en la piedra
como los recibos de su registradora. Preferible escuchar
dentro de esos espacios innombrables que conjuran a nuestros
difuntos, que nos piden que hagamos algo más que afligirnos.
 
Brandon Som

viernes, 11 de octubre de 2024

Parker se reconoce

 

Chema Mendez

Sí, ella fue allí

Dice que sigue sin haber cura (para el amor).

Parker no sabe si es un juego de palabras, si le envía mensajes escritos con zumo de limón y ambrosía, si todo se ha solucionado o si la rebeldía se ha disfrazado en un psss y sigue la fuga silenciosa.

Sabe que hay cura.

El mismo se curó y desde entonces se ha perdido.

Se perdió una noche en Tarragona, la luna entraba por el ventanal del patio mientras ella dormía entre sus brazos. 

Parker, insomne, sentía su respirar pausado.

No recuerda qué ella

No quiere recordarlo (la).

No sabe si toda esta historia es verdad, si se la inventa, si ocurrió, si sigue siendo aquel, si alguna vez lo ha sido, si sigue cobijado en un sueño.

Acompasa sus anhelos con complicados juegos florales.

A veces se reconoce.

jueves, 10 de octubre de 2024

Parker y los aullidos

 David Seymour. Austria, Vienna. A prison for juvenile delinquents. 1948
 

Cuando Parker se queda atrapado en el círculo del No, con los sentimientos cortados y sangre en una bandeja de plata, se convierte en apenas un fantasma que acaricia ese cielo azul de California en el que los rudos vaqueros no lloran en público, gozan de una buena asistencia sanitaria, comen tortitas con miel en la intimidad. Entre la libertad, la fraternidad y la igualdad, Parker escoge la facultad de las cerezas, la alegría de ser bajo la piel. Entonces, ¿casualidad?, anochece, termina la película y Parker, montado en su caballo blanco, se pierde en el horizonte mientras los chacales aúllan en la llanura.  Gerónimo había muerto en Oklahoma un 17 de febrero de 1909.   

miércoles, 9 de octubre de 2024

Parker y las abubillas

Gihun Lee - Masquerade 41, 2024

Debo decir y digo que a Parker le importa un carajo la línea Maginot, la intranquilidad por la reproducción de las abubillas, el estado de cuentas de las avariciosas princesas turcas y el ladrido de los perros que envejecen. No por indiferencia o desapego, no, con el tiempo ha aprendido que la ruta migratoria de las cigüeñas es inalterable, ya llueva o un rastro de diamantes desde el ombligo a la base del cuello se retuerza en resplandores de ternura. Es así, las cunetas siguen ocultando los muertos de entonces y la esperanza de ahora, bajo los harapos de Parker la retórica se clava un puñal entre las costillas.

martes, 8 de octubre de 2024

Alba Cid.

 


Wing Chun, del amor como arte marcial

y todo aquello que crece tan rápido como la hierba sobre la tumba                 de un pájaro

(Celan)

los gramos de luz que impactan la tierra por segundo

(Wright)

dos personas mirándose desde lados opuestos de la claridad

(Carson)

hablar de eso, de lo que nos permitimos el lujo de no entender literalmente.

si la luz puede impulsar una nave espacial ¿todavía te preguntas quién saldrá ganando?

*

dos amigas conversan en la mesa de un bar a primera hora. una de ellas repasa la línea de las pestañas con la yema del dedo índice,                 parece realmente afectada

(sus palabras conforman una mastaba en la mente de la otra un recinto dorado —con razón mastaba proviene del árabe “tertulia”, que atesora a                 su vez restos del griego antiguo stibás, “lecho de hierba”— dábale leche de yegua y curábale las llagas con polvo de violetas, piensa la que escucha, como sucede en las leyendas andinas como si la efectividad de los remedios se midiese por la extrañeza                 que provocan)

*

escondida en un bosque mientras medita, Ng Mui observa a una                 serpiente pelear con una grulla, direccionalidad frente al                 equilibrio, un esplendor de órbitas y esbeltezas, dos                 versos de metro desigual cabalgando en la boca de quien                 recita. Ng Mui observa y memoriza los movimientos, el arte.

*

no hay orden que valga en el mundo

si consideramos su relato, la amiga que habla también persevera en el                 contacto. hace suya la técnica del oponente, simultánea defensa al ataque, no arremete contra puntos vitales, pero sí contra aquellos que                 desarman el movimiento por venir

detrás de las palabras, músculos incandescencia

wing chun, “eterno canto de primavera”

*

la que escucha no sabe si la amiga aprendió más de la grulla o de la                 serpiente. la que escucha se pregunta qué amuleto egipcio vendría al caso (si los peces de cerámica turquesa protegían a la portadora de                 morir ahogada en el 1335 a. C., ¿qué serviría aquí?)

de forma subcutánea, la mañana avanza como el veneno expulsado gracias al cierre de las                 mandíbulas un mordisco de serpiente

poco importa: permanecen, sin tocarse, unidas en su asombro                               como las marcas paralelas de los colmillos en la carne de la víctima.  

- Atlas, Alba Cid.

Versiones del gallego al español por Diego Gómez Pickering

*

Wing Chun, do amor como arte marcial

e todo aquilo que medra tan rápido coma a herba sobre a tumba                 dun paxaro

(Celan)

os gramos de luz que impactan a terra por segundo

(Wright)

dúas persoas a mirarse desde beiras opostas da claridade

(Carson)

falar diso, do que nos permitimos o luxo de non entender literalmente.

se a luz pode empurrar unha nave espacial aínda te preguntas quen sairá gañando?

*

dúas amigas conversan na mesa dun bar a primeira hora. unha delas repasa a liña das pestanas coa xema do dedo índice,                 parece realmente afectada

(as súas palabras conforman unha mastaba na mente da outra un recinto dourado —con razón mastaba provén do árabe “faladoiro”, que atesoura á                 súa vez restos do grego antigo stibás, “leito de herba”— dáballe leite de egua e curáballe as chagas con po de violetas, pensa a que escoita, como acontece nas lendas andinas coma se a efectividade dos remedios se medise pola estrañeza                 que provocan)

*

agochada nun bosque mentres medita, Ng Mui espreita unha                 serpe pelexar cun grou, direccionalidade fronte a                 equilibrio, un esplendor de órbitas e esbeltezas, dous                 versos de metro desigual encabalgando na boca de quen                 recita. Ng Mui observa e memoriza os movementos, a arte.

*

non hai ordenación que valla no mundo

se atendemos ao seu relato, a amiga que fala tamén persevera no                 contacto. fai súa a técnica do oponente, simultanea defensa a ataque, non arremete contra puntos vitais, pero si contra aqueles que                 desarman o movemento por vir

detrás das palabras, músculos incandescencia

wing chun, “eterno canto de primavera”

*

a que escoita non sabe se a amiga aprendeu máis do grou ou da                 serpe. a que escoita pregúntase que amuleto exipcio viría ao caso (se os peixes de cerámica turquesa protexían a portadora de                 morrer afogada no 1335 a. C., que serviría aquí?)

de xeito subcutáneo, a mañá avanza coma o veleno expulsado grazas ao peche das                 mandíbulas unha trabada de serpe

pouco importa: permanecen, sen tocarse, unidas no asombro                        coma as marcas paralelas dos cabeiros na carne da vítima.    

1Ley por la cual un animal o fuerza maléfica no atacará a quien lleve sobre sí una parte de dicho animal o fuerza.

2Lei pola cal un animal ou forza maléfica non atacará a quen leve sobre si unha parte dese animal ou forza.

Alba Cid



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