Mambo.
¿Qué digo hoy? Pues escribo varias líneas. Una, imaginando. Dos, contando lo que me pasa /pasó. Tres, intentando disfrazarlo, modificarlo para que no se note demasiado. Cuatro, sacando mis espinas una a una. Cinco, me adhiero a las normas básicas del fabulador. Seis, me miento, me engaño, me flagelo. Siete, no lo logro y por eso escribo. Ocho, me siento e invento que pasa lo que no ha pasado. Nueve, viceversa. Diez, mambo.
4 comments :
El mambo de Pérez Prado tenía 8 pasos.
El tuyo tiene más pero me ha encantado.
He llegado aquí y ni sé cómo...
Nunca habia visto un blog como el tuyo, parece el diario de un náufrago, como si escribieras mensajes en una botella que sabes se llevará la marea y en realidad te da igual, si llega a la playa o se estrella contra las rocas, escribes y respiras, vuelves a respirar y a escribir y entre ola y ola, subida y bajada de marea, sigues escribiendo... ojalá te saques las espinas, si no del todo casi. Lo importante es que deje de doler lo que sea que te duela.
Fíjate, si me pongo te escribo un comentario más largo que tu post.
Noooo, no quiero mortificarte tanto jajaja
Un placer de verdad!
Buena travesía 11.
Tracy es que para el mambo, también, soy muy mío, me pongo y hago pasos sin parar. Lo mismo para la rumba. Ya puestos, para el tango no tengo aptitudes. El cha cha cha lo bordo. Y la yenka. A bailar.
María lo mismo has llegado nadando. Este es un blog veterano ajeno al ruido y a las mareas. Escribo para otros y como no me lee ni dios escribo, sobre todo, para mí. No tengo espinas, nado con prudencia porque respeto a las mareas, la resaca y he sacado a demasiados imprudentes de entre las olas. Llevo aquí desde que se inventó el medio y no sabes lo que te has perdido. Siempre hay tiempo. Otro día, si vuelves, te contaré más. Muchas gracias. Saludos.
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