Los chicos de las taquillas
Los chicos de las taquillas
Un poco antes de Murakami (Haruki), había otro Murakami (Ryu). Resulta que este señor tenía cierto éxito con sus novelas, ganó algún premio y además de dirigir cine tocaba la batería en un grupo. Veo una reseña de “Los chicos de las taquillas” en una revista de rock y me lo leo (así soy). No me gusta demasiado el manga (soy de una generación anterior) (¿anterior a qué?) pero esta novela debe ser algo así (manga). Es increíble la imaginación de este Murakami para proponer y describir acciones insólitas, situaciones sorprendentes, crueles, surrealistas, muy bestias, negras, desesperanzadoras, absurdas, perfectamente ensambladas en un relato que no deja descanso al lector, que le lleva a un mundo más allá de lo habitual, de lo cómodo. No es un libro fácil, no, ni corto, pero si te dejas arrastrar por la capacidad de invención de este Ruy Murakami sentirás que has entrado en otra dimensión de la literatura japonesa, lejos de Hiromi Kawakami, Kyoichi Katayama, Kenzaburō Ōe (por ejemplo) pero más cerca de lo que parece del otro Murakami (Haruki).
Tú: “bueno, qué, ¿la leo o no?”. Yo: “no la leas excepto que seas japonés. Tú: “¿No te ha gustado o qué? Yo: Me ha gustado pero yo soy algo japonés.
Aviso: Otro día hablaré del roman porno (entendido como un subconjunto del pinku eiga, un género de producciones eróticas que conoció su apogeo en el cine japonés desde mediados de los 60 hasta principios de los 80).
En realidad les hablaré de Confidential: Secret Market ((Maruhi) shikijō mesu ichiba, Noboru Tanaka, 1974)
Prepárense.
0 comments :
Publicar un comentario