Gómez pasa de la periferia al núcleo
Anita Ekberg durante la grabación de "La Dolce Vita" de Federico Fellini, 1962
Gómez pasa de la periferia al núcleo en un tris tras, ni se lo piensa. En los últimos tiempos cuatro veces (al menos de las que hay constancia escrita). Y es que en el esto, en eso, se le nubla la vista y embiste, ciego, primario, elemental (como Watson). Son malos tiempos para el esto pero Gómez lleva la experiencia del entonces, la intuición del ya, ese saber hacer del chuloputa (pero Pedro ¿quédices/escribes?), el oficio del monosabio, del puntillero, del caballo con peto, del primate que te mira detrás de los barrotes de la jaula del zoo y sabes que sabe (qué jodido gorila). Aquí cada uno/una pone sus peros, sus perros, sus músicas, sus cuadros cuadrados, sus traumas, su soledad, su bajo vientre, los espejos. Hablando de eso, Gómez trae hoy una bola de discoteca, una con espejos (no redundo) una de esas con cristales (los diminutivos infantilizan lo que digo y no) que reflejan y emboban, es decir su periferia con volantes. Gómez está en ese borde que das un paso y estás en Cuenca, das otro y te vas barranco abajo con las cabras, los conejos y el Zorro (tengo las pruebas), por eso se queda quieto, mira p’allá y a otro perro con ese hueso, que se muevan ellos, es decir vosotros, tú, qu’estoy hasta aquí (y señalo el punto de mi anatomía que prefieras, el núcleo mismo ) de Simón & Garfunkel. Es jueves ¿no?, que poco queda de esto y eso.
0 comments :
Publicar un comentario