Boxeador
A
veces releo mis escritos y me siento como un caníbal melancólico, como un
equilibrista de la peripecia, como un boxeador sonado, como un pulcro mentiroso ejerciendo su oficio.
Pero deben saber que el bosque de tantas manos agitándose desde las
estaciones, desde los aeropuertos, desde el borde de los caminos, me distraían.
Las he cortado, todas. O estoy en ello. Ojalá llueva.
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