El trayecto del rinoceronte(2)
Ella
se ha ido pero todo está bien, era lo correcto, todo sigue, aún lloverá y
lloverá durante dos meses más, luego vendrá el frío, las manos se quedarán
pálidas y no hay tiempo para nostalgias, la vida está aquí, empujándonos.
Alguien
me llama para una cena, - tenemos una excursión a la Rioja, ¿vienes?-
, y cómo no voy a ir si de nuevo la amistad, la entrañable mediodía de los
domingos, aunque sin L, - ¿qué tal la semana?, ¿sabes que…? - .
Bilbao está lleno de calles para perderse, cines, museos, visitas al mercadillo
de la Plaza Nueva y esta música que escucho mientras escribo entra por cada
poro del sensible otoño.
Ella
se ha ido pero aún la imagino leyéndome, imaginándome como yo le imagino,
imaginando como sería acariciar su frente junto a una ventana por donde
resbalen las nubes grises de New York, o tendidos al sol de playas que nunca, o
de nuevo en aquel hotel de Londres detrás de los cuadros que vendían marchantes
imposibles en Marble Arch, en mercados de Cádiz - nos van a ver-, en
galerías comerciales de Berlín, bajo el pianoforte de Paolo Conte que menea la
cabeza y canta, en el bandoneón que acompaña a esa Adriana que nos mintió del
Polaco en Corrientes y luego… ¿viste?
No,
ella no vio nada y sigo este trayecto del rinoceronte.
Dorm dintre meu, perduda criatura: dorm
dintre meu en una nit de reis (Joan Margarit)
1 comments :
Y aquí en la meta, espero al Rinoceronte. Mientras me lo hago con M. Martí i Pol e intento detener el tiempo de ese reloj que va acelerado, tanto como la vida misma.
Besets a cámara lenta!
Estenc la mà i no hi ets.
Però el misteri d’aquesta teva absència se’m revela
més dòcilment i tot del que pensava.
No tornaràs mai més, però en les coses
i en mi mateix hi hauràs deixat l’empremta
de la vida que visc, no solitari
sinó amb el món i tu per companyia,
ple de tu fins i tot quan no et recordo,
i amb la mirada clara del qui estimen
sense esperar cap llei de recompensa.
Miquel Martí i Pol
Extiendo la mano y no estás.
Pero el misterio de tu ausencia se me revela
más dócilmente de lo que pensaba.
No volverás nunca más, pero en las cosas
y en mí mismo habrás dejado la huella
de la vida que vivo, no solitario
sino con el mundo y tú como compañía,
lleno de ti incluso cuando no te recuerdo,
y con la mirada clara de los que aman
sin esperar ninguna ley de recompensa.
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