Amor en un hotel con tambores.
Casi ayer tuve su cara entre mis manos.
Nos amamos toda la tarde en un hotel del
extrarradio. Desnudos sobre las sábanas tomábamos un gin tonic, nos contábamos
con el corazón abierto nuestros dolores, el miedo, frustraciones antiguas, la
alegría, el bálsamo de querernos aún sin conocernos demasiado.
Estábamos a punto de llorar de felicidad y
escuchamos un sonido repetido. Nos asomamos al ventanal y allí abajo, sentados en un banco en el paseo junto al
río, dos muchachos tocaban tambores, con ritmo, sin descanso.
Abrazados, viendo el sol desaparecer detrás de
las montañas nos acariciamos con aquel tam-tam de fondo. Volvimos a la cama,
volvimos al amor. Aparté con delicadeza el pelo de la frente y besé sus
párpados.
Las horas transcurrieron lentas, morosas,
queríamos detener el tiempo, no volver a nuestras realidades.
Solo recuerdo su nombre.
Escribirlo ¿para qué?
¿Para no olvidarlo?
¿Escribir para los demás? Qué les importa esto a
los demás. ¿Quiero seducir a los que leen y no me conocen? Es absurdo, apenas
me leen los que me conocen y no les importa nada en absoluto lo que digo.
Escribir esto ¿para qué?
Para contarlo.
Para revivirlo, para que ella sepa que no puedo
olvidarlo, aunque esté tan lejos.
Para sentirse tan bien como en aquellos momentos.
Para empaparme en la nostalgia de amar a esa
mujer.
Escribir, sí, para mojarme.
Advertencia (otra vez): escribir es un noble y arriesgado arte compuesto de ingredientes varios como la imaginación, el recuerdo, la fantasía, los deseos no satisfechos, los que sí, el pasado, el futuro, las frustraciones, la realizaciones, las mentiras, alguna verdad, guiños, tamborileos nerviosos (¿lo leerá él/ella?), seducción, salero, inocencia…añadan los que quieran, estoy haciendo la comida y se me va a quemar.
3 comments :
Qien no se mojó bajo la lluvia del placer y de los besos en una habitación sin techo ni ventanas,sobre una extraña cama que acumulaba recuerdos sin memoria de un nombre que se pierdió en la distancia.
Gracia, querido pedro.
MaLuisa SChaves qué alegría leerte aquí. Pues mira, hay muchas personas que no se han mojado bajo ninguna lluvia de placer. Pobrecillos. Mi abrazo de hoy es de pura emoción. Muchas gracias-
Hoteles fríos, impersonales que se hacen únicos y cálidos, durante unas horas, una noche si hay suerte... Hoteles fríos llenos de pasiones cálidas.
Publicar un comentario