Danza
Danza
Qué voz hace crujir el vestido de seda
de esta noche y entreabrir los muslos tiernamente
y desnudar su espalda de mujer?
Parece ser el canto ebrio de bacantes
o el susurro lejano de una viuda
o la lluvia entrecortada de una novia.
¿Qué voz extraña hace que el perro se levante y dance,
y la luna galope en el lomo de un caballo,
y el lago abra su ojo cristalino más que nunca?
¡Levántate, amor! La noche espera ser ungida
de vinos y perfumes,
sacrificada como una diosa frágil
entre los brazos de la tierra.
de esta noche y entreabrir los muslos tiernamente
y desnudar su espalda de mujer?
Parece ser el canto ebrio de bacantes
o el susurro lejano de una viuda
o la lluvia entrecortada de una novia.
¿Qué voz extraña hace que el perro se levante y dance,
y la luna galope en el lomo de un caballo,
y el lago abra su ojo cristalino más que nunca?
¡Levántate, amor! La noche espera ser ungida
de vinos y perfumes,
sacrificada como una diosa frágil
entre los brazos de la tierra.
Orietta Lozano.
El
barquero transporta hojas de loto. Atraca en el rudimentario puerto y sobre las
maderas reparte su carga entre aquellos que quieren olvidar lo que aún no
saben.
Los
jóvenes mastican las hojas en la sombra del tinglado mientras en su interior el
deseo se rompe en pedazos.
Como
un orfebre minucioso, aquel que en la proa va, entreteje nombres, soledades,
piel, ansia, minucias anteriores al estallido.
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