Serotonina.(5)
...La doblez de lo que ya tiene... (Concha García)
H
Han pasado varios años y me siento confuso. Se desvanece la sensación del nosotros. Lo diré con sencillez: tengo dudas que ella y yo seamos yo. En todo este tiempo hemos trazado una línea de sombra a sombra, hemos nadado con ballenas y la música del oleaje cantaba nuestros nombres por separado. Apenas somos nada, antes que esto termine lentamente prefiero matar la continuidad, matarme. En realidad no sé cómo hacerlo, esta es una extraña sensación, ignoro cómo he llegado hasta aquí. No merece la pena volver al equívoco, lo que no es, no es. Ya no sé quién es esta mujer que me habita, que me comparte. Pero extrañándola tampoco a mí me reconozco ¿cómo me rebelo? Y después ¿cómo soportaré la idea de la ausencia? Será un suicidio pero debo alejarme.
¿Quién es este hombre que vive en mí? ¿Qué hace aquí dentro? ¿Quién es este desmemoriado que me mira sin verme, que se toca cuando nos toca? No quiero seguir siendo nosotros, ya no lo somos. Me cortaré el pelo. Vestiré de negro. Utilizaré una sierra, un bisturí, los dientes, debo separarme de su cuerpo, romper el lazo convertido en cadenas. Ahora sé porqué no tapié las ventanas, ahora sé porqué guardé el billete de regreso. Era él y lo sabía, solo él no lo sabía. Debo alejarme.
(Sigue)
9 comments :
La mauvaise réputation... Brassens!
Yo siempre tuve esa duda de que ambos fuéseis un "nosotros", la cobijé desde la primera serotonina.
Siempre hay un pedazo y un retazo de ése yo que se cobija en mî que me ignora y que se ignora.
Aunque "nosotros" sea un yo+tù+él+ella+ellos+as+vosotros+as
no dejan de ser cada una de ellas una entidad...
Un beso.
eva-la-zarzamora, algo así, sí
Es curioso lo de cortarse el pelo como duelo; aunque Frida lo hizo para la Escatología.
Te cortas el pelo a rape, algo acaba para dar comienzo, y el pelo vuelve a crecer poquito a poco, le damos nueva forma, y creemos que así podremos ser otros, fíjate tú. Pero puede que sí, que lo seamos, aunque ahora que lo pienso, cuando a Sansón se lo cortaron se le fue la fuerza, bueno, eso tampoco lo contradice, dejó de ser fuerte para ser débil.
Si, sin lugar a dudas, el corte de pelo radical da paso a un cambio.
Una vez me lo corté a cero y tan corto era... que por la mañana me levantaba con los pelos tiesos como un cepillo. Así comenzó mi nueva vida sin mí.
Sigo Serotonina desde el inicio-me chuto serotonina-y la doblez es algo que domino. Ahora ella bruja pirula, ahora él sin cuartel y con pincel.
Ahora te dejo, debo tomar la medicación para los nervios.
-Café con churros, por favor.
Era al camarero.
RPD- Las dos soy yo
RPD= Resposdata
Como parece que la gran dicotomía va reduciendo y que como esperaba el espejo devolvió la imágen primitiva...te dejo unas líneas de Victor Hugo que la casualidad puso en mis manos hace un tiempo.
Hoy he recordado que las tenía (memoria nefasta)
Mañana vuelvo a Bilbao, espero que no haga mucho calor. Al final van a tener razón los que dicen que Vitoria es un barrio de Bilbao...Ayyyy.
Bueno, besos dulces
EL HOMBRE Y LA MUJER
Por Víctor Hugo
El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar.
El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro. La mujer el corazón.
El cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón. La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos. La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía. La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio. La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código. La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa. La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva;
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano. La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna;
el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela. La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un Templo. La mujer es el Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.
Nikté me gusta cuando comentas. Cuando no, me amustio y pienso que he perdido fuelle.
Indica por tu parte una gran generosidad ya que comento poco –lo tuyo-, no porque no te lea, no, te leo, sino que no sé qué decir (te), se me olvidan las palabras y apenas puedo juntar mi sastre es rico y mimamamemimayoamoamimama (seguro que no sabes qué te digo).
Lo que contamos/cuento sale de quién sabe qué fuentes subterráneas, grutas de un nosotros oculto y oscuro. Algunas cosas. Otras no, cortarse el pelo, ella se lo cortó, en mala hora, desde entonces no, nada, silencio, ejercicio de distancia desde una mirada triste en una fotografía que me envió todavía no sé para qué, si yo ya sabía que no, que nunca más. Sansón, en cambio, era un capullo, mira que el tío, encorajinado, derriba el templo con todos los filisteos debajo, tres mil, incluidos mujeres y niños, ancianos, ejemplo de terrorista, precursor, Dalida me corta el pelo, pues verás, un capullo, ya digo.
Por eso no me lo corto, ni me corto, ni me cambio, corto y cierro. Así no se me queda tieso, el pelo, no lo tengo, no donde debe, no donde suele.
Serotonina es un ejercicio poético, así lo tomo, trabajado y complejo, incluso para mí que lo he escrito. No intento que nadie lo comprenda, ni que lo interprete, ni ná de ná. Intento que lo lean y se deslicen por el otro yo que todos tenemos, femenino o masculino, otro, dentro de nosotros, o fuera, un doble, un reflejo, el espejo en el que no nos miramos hasta que Narciso se contempla en el arroyo.
Sí tengo nervios, stress, tensión, cifra de ventas, agobio, una putada, vivir, comer, que como, y en mi casa, malas costumbres adquiridas desde la niñez.
La medicación la dejé.
Y los churros.
Este es uno.
Siempre soy yo, uno, lleno de defectos y con alguna virtud, no soy virtuoso (ni lo quiero ser, arriba la barca, uno, dos y tres)
Beso tu mano, póngame a los pies de su…de lo que quiera, de los suyos propios.
Lo que demuestra que ninguna relación de amor es eterna ni con uno mismo.
Un abrazo para calmar nervios
Arantza G., el bueno de Víctor Hugo no era nada feminista ¿no?
Pásalo bien en Bilbao hoy
Un beso.
Sí mi nombre es Alma, yo, hay veces que ni me hablo.
No, no señor, nada feminista.
Nos deja como simples comparsas.
El texto es la exaltación pura del hombre.
Me reservo los comentarios porque puedo hacer una novela.ja,ja.
Solo uno breve..
Te habrás dado cuenta lo relacionado que está con la religión; motivo extra para despellejarlo.
Un beso y gracias.
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