martes, 30 de junio de 2009

Carta a la amante distraída.

Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento, el momento en que el hombre sabe para siempre quién es. (Borges)


Amor, te escribo en la alborada, no puedo dormir y Saturno devorando a su hijo se aparece en mi duermevela. De esta noche me vuelve un mal sueño sobre un camino imposible con tres largas sombras proyectándose ante nosotros, un sol naciente y cuatro escaleras a ninguna parte, ya ves, pesadillas. Te agradecería que no las interpretes, no ahora mientras escucho un “Servicio de la Festividad de los Locos de acuerdo con el uso de la Iglesia de Sens”, una salmodia mística. No recuerdo si lo escucho o leo una reseña de esa grabación pero me gusta el título. No solo eso, también me gusta añorar el aroma de mimosas que me trae a mi abuela que murió cuando yo tenía cinco años y que fue mi primer dolor o, por esas mismas fechas, bañarme en el resplandor recién descubierto del Parque nevado.

Creía que mis cartas a mi anterior esposa, ya sabes, eran lo más bello, lo más sentido que había escrito, lo que me salía de lo más profundo. No sabía que no, que no era yo, que era otro qué por dentro me buscaba lo imposible: volver a vivir lo no vivido. Y esa búsqueda era como un sonido gorgoteando desde una garganta de otro mundo, escondida en la ilusa y brillante superficie en la que me reflejaba. Entonces no sabía que no le hablaba a ella, que lo hacía al sueño roto de un niño perdido en el ayer y qué, sin embargo, tenía los bolsillos llenos de piedras redondas para señalar el camino de regreso.

Pero algo he aprendido desde entonces, no mucho, pero sé apreciar que ahora te escribo desde mí hondura, perdido otra vez, ahora en ti, pero mirándote a los ojos, frente a frente. Ahora sé que las cartas que te envío son las más hermosas de las que soy capaz, las más íntimas, las más sensibles. Puedo percibir mis palabras saliendo fértiles, inagotables, reales, ricas, intencionadas. Y sé que te hablo de forma tan natural, tan cierta, tan veraz, que la belleza va implícita en su propia sinceridad. Sé que la hermosura está dentro, diga lo que diga, porque tú estás aquí, ahora, incontaminada, mujer de Klimt, desconocida, oh, tan desconocida y sin embargo deseada y temida, ansiada, cerca, lejos, tanto, tanto, con un cuchillo misterioso en las manos cruzadas, escondidas detrás, en la espalda y me arranco la camisa y dejo mi cuello desnudo a su filo de tristeza, mujer fluvial, a la que veo entre luces de luna caprichosa, ora menguante, ora llena, cuando no hay nubes, cuando no me aplasta un dolor de piedras, no quiero este dolor, no quiero volver, prefiero, sí, sí, estar ladrando aquí, en este bosque que no conozco, en este camino por donde transitamos alborozados, absortos, topos ebrios perdidos en un túnel.

Aunque, no temas, no estoy en el límite, puedo quererte aún más y más, bucear en tus aguas, treparte, dar fuego a tus puentes, saltar dos o tres pasos más allá y llevarte de la mano hasta el borde. Incluso puedo saltar al abismo abrazado a ti.

Maestra, quiero decirte que has abierto la puerta del espejo y ya no hay regreso. Puedes distraerte, llenar tu ropa de cascabeles o irte a París, es igual, estamos enredados y las tijeras no pueden cortar los nudos, somos cómplices y las calles están llenas de sombras furtivas y desconocidas tras nuestra miopía. Dame tu brazo para que no caigamos en los callejones, en las oscuras calles que bordean la avenida.

Corre, el arco iris sigue en el cielo.
¿Llegaremos alguna vez más allá del mar?





21 comments :

mirada dijo...

Es así, pura belleza.

Da mucho gusto leerte, Pedro querido, muchos besos.


http://www.goear.com/listen/6530806/Lasse-Pour-Quoi--Azam-Ali

cristal00k dijo...

Y como no, me gusta de nuevo...

ybris dijo...

Irresistibles las cartas a tus multiformes amantes.
Donde esten palabras así que se quiten los SMS y los e-mails.
Sólo puede hacerse esto así como si fuera el teclado pluma y tintero y recado de escribir.
Sólo por prolongar el sentimiento de lo que se escribe.
Sólo por por prolongar la sensación del que lentamente lo lee:
"...que era otro qué por dentro me buscaba lo imposible: volver a vivir lo no vivido..."
Muy bello Pedro.

Un abrazo.

virgi dijo...

Entre salmos místicos y sendas: "Tú eres el camino, la verdad y la vida" (por lo menos por ahora)
Siempre renovado, sí.

Nikté dijo...

Pobre Ella, la imagino así, leyendo la carta, meneando la cabeza mientas la sostiene, pensando: "Este hombre esta loco, se tiraría a un barranco abrazado a mi...¿Era a un barranco?" Y volvería a la lectura de un amante que por segunda vez ama, o que tal vez nunca lo hizo, ni a ella "la necesita, es su excusa" para desplegarse en ritos mitológicos y después tirarse por el dichoso barranco como si él no supiese hacerlo solo.

Mis condolencias. Es que ya lo veo estampao contra el suelo.

Insignificante dijo...

Destino esta carta a Ella sabiendo que distraigo así esa obsoleta tela de araña que acarreó con tantos y efectivos surcos. Mientras haré esa labor de cizallero para, silenciosamente, deshacerme de esa alambrada que en un principio yo había creído seda. Y es que era seda, era la manutención de nuestras pasiones, era la elasticidad que reventando de placer nos retenía. Pero lejos de romperse se hizo de coraza férrea y hasta se electrificó. Ahora digo que se la destino sabiendo que mi yo real está desvanecido en esa labor que retrocede, que no finge sobre un amor que aun por palabras ya domesticado no deja de mostrar sus huesos más deshechos. Y todo por que surgiste Tú, o sea que esta carta en realidad es para ti que te digo lo que le destino a Ella. ¿Te haces una idea de mí y de cuánto me haces capaz? Besos, mi amor.

Arantza G. dijo...

Enredo en un maremagnum de palabras cuyo sello lo pones siempre tú con la claridad de ideas y la prosa limpia.
A este paso todas querremos ser las amantes de ese escribiente...
Un beso y mi cariño.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, muchas gracias, muchos besos, mucha alegría saberte ahí, tan cerca.

Pedro M. Martínez dijo...

cristal00k, no me malacostumbres, me lo voy a creer y verás, me volveré un presuntuoso y torpe escribidor que caminará con la cabeza alta y mirando al horizonte...jajajajajajaja.

Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Y puestos apreciado ybris, escribir por no vivir, o vivir sin vivir, por inercia, de forma hueca.

Esto de escribir está muy bien, se juntan emociones con palabras y queda muy propio, pero salgo a la calle, miro, huelo, camino, hablo, acaricio, escucho, siento, voy, vengo, saboreo una conversación, doy la mano a un amigo, bebo un vino, canto, corro, una música me oprime el pecho de emoción, veo una mujer bella, otra, silbo para mis adentros, meto una mano en el agua, me da el sol, una anciana me sonríe, un chaval me saluda, me habla, todo eso, no tengo tiempo para escribir, escribir no es vivir. Primero vivo (quién me conoce –bien- lo sabe).

Eres muy amable conmigo, te lo agradezco muchísimo.

Un fuerte abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

virgi conozco una senda por donde pasaban los canónigos, y yo, tan joven, un niño, en una ciudad pequeña por la que aún había carros (no hace tanto, no). Estuve allí una semana y se me hizo interminable, quería marcharme. Para colmo, para finalizar me llevaron a un pueblo de la Rioja, era semana santa y ya creí morir. No sé como crecí sin traumas (conocidos), jajajajajajaja. Por eso (y por otras cosas) procuro renovarme.

Pedro M. Martínez dijo...

No, Nikté, si hay que hilar muy fino, leches, que no me pensaba tirar, mujer, que era metafórico, jo, con todas las cosas bonitas que le digo a esa amante de papel y te fijas en eso, ya te vale, que ese amante que escribe sí ama, mucho, como un amante que se precie, con esa intensidad, eso o que el que escribe tiene mucha imaginación, como el que escribe soy yo te puedo asegurar que no tengo tanta –imaginación-, ni tiempo para inventar, ni ganas, que me sale solo, suerte de sentir así, de poder escribirlo, de que esa (presunta) amante no lo lea porque es ciega, o lista, o está al otro lado de un muro que separa tanto que parece que vivamos en planetas distintos, sol y luna y sin embargo, amor derrochado, amar por no ser amado, o sí, o memoria, o recursos de jugador de póker, un farol, pero no me tiro, no, ni al río, que me río, ja, que me lees con microscopio, casi siempre bien, con hilos de ternura brillando de rocío, con ojos de saltamontes que entra en cada rincón de lo que aquí dejo, literatura en papeles arrugados, sensaciones que buscan la poesía y a veces se encuentran con una risa, una mirada cómplice, un pasar de dos segundos (o -) y este toro no me lo devuelven a los corrales que toreo al natural si hace falta, que me pongo las luces y el traje y tiro la montera de espaldas, olé, que me aplaude un monosabio y ese de bigote me quiere cortar las orejas y el rabo y es que soy torero y toro, banderillero y el caballo del picador, incluso soy picador (cada vez menos, no por mi gusto que es un disgusto) y llegados a este punto he decidió que me tiro, al barranco o a esa señorita de verde que me mira pícara, ¿sabrá lo nuestro? Hasta aquí. Hoy.

Pedro M. Martínez dijo...

Ay. Insignificante, que escribes igualito que alguien que me honra comentando aquí, ya te digo, que no se si comentas o te escribes, bien eso sí, muy bien, con toques rurales, naturales, como un pase así, desmayado, aunque Ella está en la almena y ahí debe seguir, que una cosa es escribir y otra muy distinta estar al loro, silbando por si vienen, que`s mu triste tener que de pedir, pero peor es tener que de robar, ya ves, de insignificante tienes poco, más bien estás lleno/a de significados:


1- Eres tu propia copia.
2- Lo haces bien, no sé si para que se note o te sale natural (mente)
3- Ella y Tú y Yo y el lucerito del alba.
4- Yo qué sé.
5- Besos a ti, chato/a

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G., vale, esto es como una charcutería, tienes el número 7, se lo aviso al escribiente ese.
Le estoy cogiendo mucha envidia…
Un besazo.

Ventana indiscreta dijo...

Mas allá del mar, al venero lleno de delfines. Allí te espero.

Besos al ocaso.

pepa mas gisbert dijo...

¿Para que quieres llegar más allá del mar si ya lo tienes todo?. Ese amor no necesita de más, lo demás lo destruiría.

Saludos, una carta preciosa, hermosa diría yo

LA ZARZAMORA dijo...

Te brindo una calle de Par'is y mi brazo para encontrar ese destino que te espera para siempre...

Uno siempre acaba llegando al mar, a esa carta abierta en parques nevados, en avenidas abiertas, en incertidumbres certeras.
Si, llegar'an al mar y m'as all'a

Besos Pedro.

Acentos con lo que hay en el cyber(sonr'io);))

gaia07 dijo...

Delicado esbozo del amor amante, descubierto en la esencia de lo aprendido.

Un beso.

Tempero dijo...

Llego a tu 'carta' después de una jornada dura de curro. Veo que escuchas una salmodia mística. Muy bien. Venía yo escuhando unas rimas rapeadas de Xhelazz:

http://www.goear.com/listen/8a8153f/Soledad-Xhelazz

Cribando en la memoria expongo éstos:

'pero tener pareja no me fascina,
el primer beso es mágico, el segundo íntimo, el tercero rutina.
Todavía duelen los romances que ya son historia,
ningún amor muere, sólo cambia de lugar en la memoria,'

(Para verlos completos, esta página demos por buena:
http://www.versosperfectos.com/canciones/-/xhelazz-la-soledad-comienza )


El primer beso es mágico (Espíritu Santo), el segundo es íntimo (Hijo) y el tercero rutina (Padre), algo así como una Santísima Trinidad del Beso. Y es que a mí no me gustan los sucedáneos insignificantes. Yo quiero significar, que significo, que los delfines ahí están, embocados/desbocados, que para éso tengo yo los bolsillos llenos de sardinas, por si salta la rutina, que Ella y Tú sois una y relevante, que lo mismo nado como una lombriz que rumio una ballena, que lo vivido y por vivir te lo confío, no quiero pronunciar la palabra fidelidad que de ella hacen una derrota. Y sí al final derrocho palabras sabiendo que una cerveza nos hace más de tierra y menos de mar.

Shandy dijo...

Estimado Pedro, las varias cartas de ese amante a esas quiméricas e hipotéticas amantes son siempre muy bellas. Eres un manantial de palabras para hablar del Amor.
Ya que ahora dispongo de tiempo, te voy a ofrecer en mis comentarios textos tomados de "Las cosas del campo" de J. Antnio Muñoz Rojas. Dejaré parte del primer texto, titulado "Las puertas del Campo", y del último "Nunca Sombra". Entre ese primero y el último hay múltiples historias. Es una invitación a que leas uno de los libros más bellos y que más me han emocionado, por razones además muy personales. Una de ellas porque perteneció a mi padre. La otra...

"Las puertas del campo"I
¿Quién sabe las razones de un amor?
Son secretas como las aguas bajo la tierra, que luego salen en manantial donde menos se espera. Nada se guarda y el amor menos que nada. A fuerza de pasar los ojos sobre este campo, lo vamos conociendo como el cuerpo de una enamorada, distinguimos sus señales, sabemos la ocasión del gozo, la de la esquivez... (continuará)

Lina Zerón dijo...

Pedrooooo, Pedroooo, que el cielo te premie Pedro. Algún día te enviaré los poemas de respuesta a las cartas de 1999 y 2000. ¿te parece?

Estoy segura te gustarán!

Beso
Lina

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