viernes, 26 de junio de 2009

Impreciso.

Yo tenía dieciseis años...
en el corazón, pero no tenía
ni un solo lugar dónde colocar
el sentimiento de mi inocencia.

(Genet)

Pienso en entonces y es ahora, una plaza dónde cabía el mundo y no cabían los coches, que no había, ni los viejos paseantes, ni el invierno, sólo tu silueta, ni siquiera tú, que no eras, nunca fuiste sino el espejismo, la que nunca, no un deseo, no una idea, algo más hondo, intenso, primigenio, lo que no se entiende, pero duele, lo que sujeta el alma y la domina, la que ilumina la vida y la disturba, la vuelve del revés, que da sentido, principio, colorea la espera en las esquinas, el ansia, premonición, error, acierto, voluntad clavada a un nombre, el tuyo, repetido, soñándote en mil noches, obsesivo, mordiéndome los puños al no verte, rota la lengua cuando no te hablaba, era ayer –recuerdo- y es ahora, curioso tiempo circular que vuelve y somos, ay, amigos, tal vez, nos conocemos, cambiamos confidencias, sin apuro, bella entrega de historias medio ocultas, de pasado, de emociones, tus padres, los míos, otras parejas, amores, el tiempo –otra vez- que va corriendo y nos deja más cerca del otoño que del brotar de flores, más lejos de aquella plaza dónde cabía el mundo y sin embargo no nos abrazamos una tarde que llovía, no buscamos la oscuridad para besarnos, no vimos que esto no es un juego y que la vida –oh, paradoja- estaba escrita desde antes, desde un principio impreciso, remoto, desde siempre.






18 comments :

Tempero dijo...

Como impreciso también era ese árbol central de nuestra plaza, donde nos subíamos, donde empleábamos su sombra para amortiguar nuestras posturas de luz, ese árbol que nadie supo quién lo plantó y que tanto gustaba que lo llamaron culebra, por nosotros, porque subir a él era sencillísimo, de tronco accesible a un niño, ¡que hay culebras en el árbol!, y no te subías por miedo, no por ganas, pero que cuando comenzabas a ser rastreado por el sexo te daban igual las culebras, es más, las ascendías al nivel de las serpientes, porque deseabas enroscarte, que te enroscasen, y el árbol nos parecía un sueño y nos amordazaba después de querernos, allá en ese tiempo impreciso, cuando aún no sabíamos que aquel árbol se llamaba bellasombra, que algunos le dicen ombú, pero que yo, ahora y antes siempre lo siseo a modo de cascabel.

Nikté dijo...

Te leo, leo a Tempero, voy a su blog, lo leo, ¿Y cual es mi sorpresa?

Eso tendrás que averiguarlo.

Se me olvidó lo que tenía que decirte.

sk8 dijo...

Preciosa descripción.
Un abrazo...

Arantza G. dijo...

Un hombre busca desesperadamente en sus recuerdos...
Memoria abstracta que recorre la vida...
Un beso con mucho cariño.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, los blogs –también- es un conjunto de filias y fobias.
Es decir que más vale llegar a tiempo que rondar cien años.
Nadie sabe el sí ni el no.
Es, por ejemplo, que a uno le gusten las señoras rubias.
O las señoras.
Yo qué sé.
Sé que hay un duende que está ahí (detrás de lo que escribimos) y mueve la cabeza como un señor de Jaén (un suponer) o un polaco.
También puede ser la suerte.
Si me tiras de la lengua (despacio, por favor, que duele) te lo digo.
O no, hale, pues no te lo digo.
Me quedo pensando lo de Garoña.
Un abrazo, chaval.

Pedro M. Martínez dijo...

Hace tanta caló, mi dulce Nikté, que no estoy para adivinanzas.
Además ando mal de tiempo.
¡¡¡Tiempo!!!

Pedro M. Martínez dijo...

Dulce sk8, cuánto tiempo...
Dichosos los ojos
Qué es de tu vida
¿Sigues ahí?
Un abrazo...
Bueno, dos

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G., no tengo tiempo para recuerdos.
El ahora está aquí, empujando.
Las añoranzas para el invierno, que tendré tiempo.
Ahora a vivir.
Un beso, guapísima.

Shandy dijo...

Me gusta esa cita de Genet.

Continuación de la historia:
Sí, está escrita. Pero aún quedan hojas en medio, copos de nieve donde dejar nuestras huellas, lluvias de otoños donde colmar la sed, árboles bajo los que regresan los abrazos. Aunque no recuperemos el Tiempo Perdido.

"Yo tenía dieciseis años... pero...

Tempero dijo...

Verás que ni estoy de vacaciones ni soy tan raro: una palabra me ha hecho cambiar de opinión. Palabra de raigambre, palabra antigua, pero la sombra es la sombra y Garoña que siga con su audacia nuclear. Ahora activo el blog.

gaia07 dijo...

Entonces vives sin más, solo vives.
Luego aprendes a mirar atrás y se te olvida vivir hoy.
Después, apenas alcanzas a comprender que tanto entonces como ahora solo hay esta vida para vivir.

Un beso.

pepa mas gisbert dijo...

Pero eres tu quien la escribe...

Un abrazo

 Mayte dijo...

Mañana es una incógnita...es todo lo que se sobre lo impreciso ahora.

Has tocado suavemente una fibra que recien duele y se resana.

Bikiño en silencio y de puntillas.

Pedro M. Martínez dijo...

Shandy, no a los 16, pero para los 17 cantó Janis Ian una canción preciosa que dejo solo para ti.

Ah, mis 16 fueron magníficos
Todavía era todo en blanco y negro y la gente andaba a cámara rápida
Pero, ay, qué tiempo.

Siento ya el rumor de Galicia.

Pedro M. Martínez dijo...

Claro Tempero, actívalo.
Lo de raro era con cariño, por supuesto.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Lo has dicho perfecto gaia07
Es así.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Cierto mi nombre es Alma, pero ese final quedaba muy bien, daba fuerza y contraste a lo anterior.
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte, nos pasa a muchos
Algunos lo cuentan (disfrazado con palabras + o -)
Bikiño

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