Retrospectacle in New York (4).
Cuarto
Apoyar la frente enfebrecida en la nublada celosía del confesionario. Enumerar los inasibles recorridos de la serpiente. Buscar un nombre para hacer cada crimen discernible. Dibujar las noches; las llagas de las paredes encaladas en la oscuridad, brillando; los colibríes enzarzados, enredando sus lenguas de pistilo bajo los rígidos almidones de mis tocas. Apoyar la frente. Abandonarse. Sentir cómo el anillo que atenaza mi corazón, se me resbala por el pecho como un crisantemo decapitado.
Ana Rosetti
Han pasado seis días y los domingos que no me escribes tiemblo como un rapaz, me asusta tu silencio y subo al último piso del Empire para ver si llegas con flores en el pelo por las avenidas atestadas de taxis amarillos, de personas que se ven diminutas, ahí abajo, lejos de nosotros, aquí arriba. Me hormiguea el alma cuando no me escribes, temo que te escondas en la gruta del no y sigas ahí, anónima, lejana, ingrata, olvidadiza, apenas un aroma entre mis dedos que te escriben y tocan tu cuerpo imaginado, ansiado, deseado. Cuando callas temo que algo te haya ocurrido y salgo a las calles a gritar tu nombre, la gente me mira pero sigo, obstinado, llamándote con el eco de los callejones, febril, enamorado ¿dónde estás? Belleza, en la cabeza se agolpan impresiones borrosas, abstractas, vagas sensaciones. Poco a poco van formando perfiles, contornos que se llenan de color, se definen, como una fotografía de Polaroid, la agitas entre los dedos y en unos momentos están ahí las sonrisas claras, los gestos de fastidio, la persona que amas delante de un monumento, una montaña, el mar. A veces se entiende, es una cuestión de luz, de pronto sabes. A veces hace falta una palabra, una sola, para saber. Incluso esa palabra desencadena lo que no se sabe, y ya, queda ahí en la sombra, pero definido: detrás de esta puerta está lo ignorado, no pasar y un cartel con una calavera y dos tibias cruzada. Nosotros sabemos algunas cosas sobre nosotros. Nosotros, tú y yo, tenemos algunas cuestiones detrás de la puerta esperando, ay, un licor rojo sobre la mesa, la niebla contra los cristales y una música de Tortoise, suave, simulando un ambiente. Sería imprescindible que antes nos hubiéramos amado hasta la extenuación, para evitar que el deseo nos impida pensar con claridad, razonar, sacar conclusiones. Recuerdo que no me gustaba André Gide, ni un poco. Me lo recomendaste. Lo busqué en estantes olvidados de bibliotecas polvorientas. Leí sus libros, uno tras otro, en un ejercicio cercano al masoquismo. Me aburrieron soberanamente pero conseguí sentirme más cerca de ti. Recuerdo esto ahora, hoy, que el tratamiento ha sido fuerte, siento pinchazos en todo mi cuerpo. ¿Sigues ahí?
19 comments :
Cuanta razón -para mi- en una frase...es verdad, una palabra puede desencadenar tantas cosas que no se saben.
Bikiño y de puntillas voy.
Dale, rapido, pero y que sigue.. Tu esquina magnifica, magica, triste, febril, melaconlica, desasosegada, euforica, inteligente, toda sensibilidad, erotismo, accion, sutileza y reflexion. Es un pivilegio leerte. ceshire
Mayte, lo digo así:
…A veces hace falta una palabra, una sola, para saber. Incluso esa palabra desencadena lo que no se sabe, y ya, queda ahí en la sombra, pero definido…
Eso es lo que sentí
Y este beso
"An affair to remember"
A esta peli de Leo McCarey
con Cary Grant y Deborah Kerr de 1957 me recuerda tu entrada de hoy.
En lo alto del Empire, esperandola, el taxis, ella con el accidente, él buscàndola, ella en casa esperàndolo desde siempre. Un desencuentro, que terminarà con un final feliz ( a pesar de que la pobre, no se puede mover..) Pero si se toman el vinillo al final, y un beso se dan.
UN abrazo. Excelente post de New York.
ceshire, sigue mi alegría por saber que estás ahí, eso sí que es un privilegio.
En este mundo volátil, los nombres van y vienen, ni siquiera las personas, no las vemos, quizás unas fotos, una sonrisa congelada, nada. Pero tú te quedaste. Lo que escribes y cómo lo escribes, lo que dices, lo que sueñas. Y tu belleza, eres tan guapa que duele mirarte.
Me has alegrado el día
Te beso y beso.
Vaya, cuando no hay noticias es muy desagradable, pero como dice mi madre, a veces la falta de noticias es buena noticia...
No se si es lo mas apropiado para este post pero...
Besicos
efímero
Ayer te lo dije porque era justo y necesario. Hoy porque quiero que se haga en mí según tu palabra. (Pero que perdure, eh, Pedro, que algo te debemos.)
Abrazos a lo King Kong desde el Empire.
Hay momentos que recibimos el eco de las cartas que no llegaron, las palabras que no se digeron y los sentimientos que se escondieron.
Los vemos reflejados en viejas fotografías y hasta en algunas huesudas manos que nos recuerdan...nos recuerdan, que escribimos cartas que enviamos...
Te envío un beso, espero que te llegue.
Sospechas el abandono entre sombras, por imposible y lejano, y el arrobamiento luminoso y preciso de pronunciarla despacio, duele.
Un beso.
"DIJERON" ayyyyyyyyy
confundido por las infinitas posibilidades y al finalizar, os hiero.
Un abrazo
Creo que no la he visto eva- lazarzamora.("An affair to remember")
Siempre me ha gustado Cary Grant, Deborah Kerr, nunca. Qué cosas.
Gracias, un abrazo.
Bueno, Belén, todo vale para el convento (que decía mi abuela Lucía)
Besicos
Ventana indiscreta
sinfónica
Amén Tempero, hágase tu voluntad.
Perdurar…esto es tan efímero, tan absurdo, tan de estudio.
Venga ese abrazo
Arantza G. llegó, llegó.
Va el mío.
gaia07, me temo que I se leyó la carta entera allá en New York.
Lo que no sé es si bostezó mucho.
Un beso.
Ya notaba el dolor el rayo verde
Fuiste tú.
Aún así, un abrazo
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