lunes, 1 de junio de 2009

Retrospectacle in New York (3).

Tercero

En sus dedos la ostia lunar amanece, se alza desde el vaso sagrado, brilla sobre el carmesí de la casulla. Y cómo ir, cómo prosternarme, cómo abrir la herida de mi boca a la luz si en mis entrañas anidan los petreles y mis venas son astas de ciervo y mi cuerpo es batalla con sus brechas y minas. De la lámina blanca que él me ofrece depende mi perdición, pero mi lengua, avanzando con rojos destellos, recibe de su mano el sacrilegio y la muerte.

Ana Rosetti

Francesca Woodman


Belleza, corazón, ahora es lunes, me asomo al balcón, amanece, el sol pinta las nubes de documental venezolano, abres tu correo, un hallazgo, la sorpresa, un hombre, socorro, un hombre en tu correo, otros en tu cabeza, otros volando, leer libros, leer en un corazón, nos dejamos de problemas y escribimos con el alma -perdón, tú escribe con lo que quieras-, el resto sale solo, qué gracia, hallazgos del lenguaje, claro, qué suerte, te apuntas, y yo, y ese señor que pasa, y los millones de personas que ahora están solas, tecleando como náufragos, algo ocurre, algo grave, soledad, te lo cuento, tecleo y mi cama, alineada con las otras camas del pabellón, está vacía, escribir no es vivir, escribir es escribir, escribir es no vivir, vivir es vivir, amar, gozar, sufrir si toca, luchar, buscar, esperar el turno y disfrutarlo, eso pasa en New York, en España, en Irak a pesar de los muertos, a pesar de las tragedias que nos entristecen desde los noticiarios, que nos aterran. Todo está en los libros, esto ya pasaba, pasa, pasará, mientras tú y yo aquí intercambiando confidencias sin saber quién somos, o cómo, o algo más que nuestros nombres, el recuerdo de tu mirada en MSN, o este lunes sin demasiado trabajo, sin llamadas, con contradicciones, leyéndonos y discúlpame porque no soy Neruda, a quién le importa ahora Neruda que está enterrado mientras tú escribes tus alegrías y tus deseos con ese brillo apasionado enredándose en tus cartas. Creo que te quiero, sí, te lleno de besos y odio los lunes que es el día en el que me inyectan ese líquido verde que me deja plaff y parece que nunca saldré de aquí. No me olvides.


10 comments :

cristal00k dijo...

Imposible olvidar tus cartas Pedrito, mejor que cualquier documental venezolano...
Te sigo.

 Mayte dijo...

Las historias siempre entrelazan pequeños trozos de vida tan lejanos...que parecen nuevos cada vez que son escritos.

Bikiño de lunes...de puntillas salgo.

Pedro M. Martínez dijo...

cristal00k, muchas gracias.
Sígueme rápida que corro mucho.

Pedro M. Martínez dijo...

Algo así, Mayte, algo así.
Intentándolo
Bikiño

Arantza G. dijo...

Algunos encuentran en la escritura la razón para seguir viviendo; es una forma de mantenerse cuerdo o todo lo contrario, según gustos.
Una forma más de llenar una vida vacía, sin lustre, sin ganas. No te preocupes, no te olvido, nunca podré olvidarte.
Me gusta ese beso que me has traído.
Yo te dejo uno con sabor a chocolate, ¿te gusta?

Pedro M. Martínez dijo...

Posiblemente Arantza G..
En mi caso escribir es otra actividad más. Primero vivo, luego vivo y después viv0, si me queda tiempo escribo.
No me resignaría a una vida vacía, sin lustre, sin ganas. Puff, de ninguna manera. Salvo enfermedad o similar la vida está para luchar por ella, para llenarla, para llenársela a otros, para ser, para…va, paro que me embalo.
Muy rico con sabor a chocolate

Tempero dijo...

Escribir sí, como quien decide un amanecer, así, despuntando el alba de las vocales, como quien decide seguir perforando en una gruta, entregando dinamita a las consonantes más aplastadas, o escribir como quien prefiere un cielo abierto donde la extensión más menuda eres ese tú que agrandas los más mínimo a base de zapador. Escribir, sí, no sé..., escribir, sí, porque es justo y necesario.

Abrazos, Pedro.

gaia07 dijo...

Esos momentos, en los que escribes, vives otra parte de ti que no puede existir en otro lugar.

Un beso.

PS. Tu cultura sobre el Sauterners tampoco está nada mal.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, es justo y necesario, señor.
Escribir como quien lava sus trapos sucios en el arroyo del aire, como tiende al sol sus camisas deshilachadas, sus calcetines agujereados, sus calzoncillos de lunares.
Escribir mirando al tendido, con la montera en una mano (la que no sostiene la pluma, claro), sin espada ni claveles, con un águila volando en círculos sobre el albero que encierra la tragedia y la fiesta. Algo así, o sea, nada.
Abrazos desde la banqueta.

Pedro M. Martínez dijo...

O sí gaia07, o sí.
En realidad soy un tipo sin imaginación.
Solo que me fijo mucho.

Del Sauternes solo sabía que era el vino que pedía P en las cenas. Botellas y botellas (así subía la cuenta). Estaba rico, rico.
¿Ves como me fijo?
En Bordeaux, en la carta del restaurante donde cené, una copa 7 € (la botella 53€)
Una pasada.
Un beso.

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