sábado, 27 de junio de 2009

Orden (1)

Cuando Carson Napier salió de mi oficina para tomar un avión que lo llevase a la isla de Guadalupe, y luego partir con destino a Marte en la gigantesca nave espacial que había construido con tal objeto, yo estaba seguro de que nunca más lo volvería a ver. No dudaba de que sus grandemente desarrolladas facultades mentales, medio por el cual confiaba ponerse en contacto conmigo, me permitirían recibir una representación mental de su imagen y comunicarme con el; pero yo no esperaba recibir ningún mensaje después de que él hubiese hecho el primer disparo para poner en movimiento el cohete. Yo suponía que Carson Napier moriría pocos segundos después del comienzo de su insensato plan. (Perdidos en Venus .-. Edgar Rice Burroughs)


Desde niño he sido un maniático del orden.
Me gusta tener todo bien organizado, clasificado y comprendido.
Durante mi vida, a pesar de mi soltería, mis relaciones con mujeres han sido abundantes.
El problema es que siempre me han preocupado sus manifestaciones sonoras.
En mi primer encuentro íntimo -tardío, ya- a los 25 años, ella exclamó durante el acto: ¡Oh!
El segundo, a los 28, fue un fracaso y ella dijo: ¡Bah!.
El tercero, a los 31, estuvo peor; ella no dijo nada y se marchó dando un portazo.

Reflexionando sobre esto llegué a la conclusión de que no había uniformidad entre gritos y silencios y dado que mi trabajo me absorbía - era vigía informático, siempre delante de un monitor, no tenía tiempo para cortejar a las damas -, opté por solicitar los servicios de expertas profesionales que con periodicidad mensual, me liberaran de mis necesidades eróticas.

Doce veces al año, durante los diez siguientes, escuché, con precisión mecánica, sus ah, ah, ah - ni uno más ni uno menos -. Debo decir que las mujeres cambiaban -según la agencia- y que no logré una amistad duradera con ninguna de ellas, limitándonos a hablar sobre el tiempo y cosas así, pero me alegré de la coincidencia en la cantidad y frecuencia de los gemidos en mi oído. Eso era.

(Sigue)


15 comments :

pepa mas gisbert dijo...

¿Son las manifestaciones sonoras de las mujeres una medida de su satisfacción o su ordenada manifestación, la satisfacción de tu protagonista?.

Sigue...

Un abrazo

virgi dijo...

Tu personaje necesita un grabador cerca, para luego estudiar las diferencias de tiempo, expresión, altitud, ritmo, de cada uno de esos ¡ah!
(Sugiéreselo, porfi, con educación y orden. Un beso sonoro también para él)

Nikté dijo...

Alma, creo haber entendido que es su ordenada manifestación. Debían ser tres "Ah", ni uno más ni uno menos, lo podrás comprobar si relees. Imagino que al protagonista le hubiese desconcertado un agggg, si, unnnnnn, ahhhhh, ayyyyyyyyyys; y si hubiese sido más de una vez. Deduzco también la ironía del autor al expresar clara y abiertamente que las relaciones eran abundantes.

Algo que no queda muy claro son las conversaciones acerca del tiempo: ¿Serían estas durante, antes o después de los Ah Ah Ah?
¿Las mujeres que le ofrecían estos servicios sonoros, eran estudiantes de metereologia que necesitaban el dinero para poder continuar la carrera?
¿Aquellas eran prácticas de alguna asignatura?

Si por favor sigue Pedro, no te pares

Belén dijo...

La próxima vez que esté con un hombre, gritaré mis ahs ordenadamente ;)

Besicos

Pedro M. Martínez dijo...

Vamos a ver.
Deja uno aquí sus confesiones más íntimas y recibe esto.
Pues no.
Me enfado y me voy a un rincón.


mi nombre es Alma, a mi protagonista le preocupa la coincidencia, el orden, lo que debe ser. Así lo programa y recibe satisfacción de la puntualidad.
Es un romántico.
O así.
Un abrazo


La duda ofende virgi mi personaje ya tiene un grabador cerca, bajo la cama. Le obsesionan esos picos en el ah. por eso lo estudia y compara. En sus escasos ratos libres ya que su profesión es muuuy cansada.
Esto…ese beso sonoro ¿es de muá? ¿ews de smuack? ¿es de aña?
Me tienes en un sin vivir.



Nikté tu final es tan erótico que el resto queda difuminado.
Me lo han dicho muchas veces pero nunca con ese gracejo tan andaluz.
Ah, ah, ah.
No paro, no.



Belén, puedo darte el teléfono de mi protagonista.
Lleva muy bien el orden de ahhs.
Besicos van para allá

Shandy dijo...

Uf, que Tres Tristes Tigres.
Ah, ah, Aaahhhhhhhh! Así estaría mejor, digo yo. Romper un poco esa fonética tan monótona y mecánica que tiene atrapado al ordenado vigía informático. Me gustan las trilogías por aquello de que el tres cierra un ciclo y vuelta empezar (vamos que es como un uno): Un Dos Tes Un Dos Tres Un Dos Tres (ritmo de vals) Pero en el placer corporal tiene que haber un momento de climax para que
se produzca la "petite mort".

Pedro Glup, gracias por esa canción. Habrá una para ti;

Tres besos sin orden ni concierto.

Ana dijo...

Tu personaje pinta triste, probablemente por eso, por su manía del orden, me resulta un relato divertido, por la ironía con la que me cuentas sus sonidos. Chapó...me sorprendiste. Besos

Ventana indiscreta dijo...

¿Pudo por un momento haber un ¡Hala! por su parte, o un ¡Hala! por la tuya? Del último lo dudo por tu modo de enjambrarte con lo femenino, del primero no sé qué pensar salvo orientación tuya.

Besos con largura.

Arantza G. dijo...

Y si la siguiente le sale...
Si, no, más, ahora, para, ya, sigue, te mato, ja,ja,ja,ja,ja, desconcertado por completo el informático...¿dónde busca los picos? ¿acaso es que la grabadora se ha estropeado? o ¿es que la siguiente acompañante es de nueva generación?
Ayyyyy.
Un beso muy dulce.

Pedro M. Martínez dijo...

Shandy, escribir es (a veces) disfrutar.
Sobre todo cuando se describe una ola desde Madrid, o la nieve desde Cádiz.
Me sorprende la cantidad de comentarios en un sábado de junio.
Todos de damas.
O no me leen señores o este es un tema recurrente.
En cualquier caso disfruto y agradezco escribiendo y leyendo a los que me leen.
Cuatro besos y me llevo uno.

Pedro M. Martínez dijo...

Ana ¿qué es la vida sin un orden?
Mi personaje sabe bien lo que quiere.
Sus 3 ah, seguidos, sin alteraciones ni sorpresas.
Hay cada uno…
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

La verdad, Ventana indiscreta, te lo juro, no lo sé.
Para mi desgracia no recuerdo ese primer momento, ni con hala ni sin él.
Sé que no fue mágico.

(Me he desquitado con creces)
(y con Ana, con Carmen, con Puri, con Ainhoa, con Bego)
(Es una broma, espero que lo entiendas así.)
Besos con la sapiencia que dan los años junto al fuego.

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G. hace años vi una película –Klute- http://www.filmaffinity.com/es/film332024.html
Creo que me he inspirado (ahora que lo pienso) en el papel de Jane Fonda (Oscar del 71, por cierto)
Estos informáticos…
Un beso con canela

LA ZARZAMORA dijo...

Ay, ay, ay.. jajajaj
y Plas,plas, plas!

Besos acùsticos.

gaia07 dijo...

De una cada tres años a una al mes, le trae más a cuenta las profesionales, sin duda.
Cuanto menos para coger práctica, uniformidad y mecánica.
Y es que no hay nada como conseguir lo que te pone.

Más besos.

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