domingo, 20 de mayo de 2007

Casa de verano.

Tus manos
siempre encuentran en mi piel
una senda inexplorada
para zarpar con rabiosa gana
a la apetecida boca
del relámpago carnal
tus manos
saben evadir la rutina
cuando las pienso
se humedece mi memoria
e impaciente las aguardo

(Dina Posada).




Acabamos de llegar a nuestra casa de verano. Las maletas todavía están sin abrir.

Apoyo mi mejilla en el cristal para pensar en él. Le imagino mirando al sauce triste frente a su ventana. Quisiera escribirle pero no se como hacerle llegar mis cartas.

Víctor me llama con cualquier pretexto, un libro que no encuentra en lo alto de la biblioteca, una sartén demasiado abajo en la cocina. Mi nieto pequeño llora, se ha caído junto a la valla. Mi hija le consuela con ternura. Juan, mi yerno, arregla las flores de la entrada.

Sola en mi cuarto pienso en él. Como antes, como siempre, prisionera a pesar del tiempo, del tiempo que no me queda, que no nos queda. Acaricio el borde del libro que me regaló, beso sus páginas. Evito el reflejo de los espejos. Evito a los otros.

Víctor me llama, un pesado mueble que quiere cambiar de sitio – ¿te parece bien ahí? -, unas tazas livianas que teme romper – ¿me ayudas? -. Y sé que no le gusta saberme sola en la habitación, ajena. Escucho la conversación de mi nieto mayor con los amigos que han venido a saludarle. Mi hija juega con el pequeño. Juan canta en el jardín. La televisión emite programas que no entiendo, habla de cosas que no me pertenecen.

Salgo al balcón para mirar pasar las nubes y sé que no son las mismas que las que dejé en el norte. Me ahogo aquí, voy a morirme de nostalgia.

Casi no he llegado y ya quiero volver.




13 comments :

gaia07 dijo...

¿Hay prisión más triste... que la de nuestros propios sentimientos?

Pedro tu sensibilidad me enaltece, siempre. Un beso.

M dijo...

De nostalgia, no te mueres....Creo que cura. Y seda. Y aletarga sentidos...

No te fies mucho de ella, te deja amarga..

Un beso,
Hilda

Anónimo dijo...

Haces la vida, como siempre. Pero no estás en ella, estás con el. Se liberan los recuerdos a cada momento. Y cierto Hilda "De nostalgia, no te mueres..."Pero ahoga...

Anónimo dijo...

Que paz... la nostalgía me invade al leer tus letras, maravilloso Pedro...
Abrazos

Atzavara dijo...

Conozco esa sensación... es realmente asfixiante...

"M'ahofego dins aquesta pell que no muda,
que m'embolica lligant-me de peus i mans.
La llum d'aquest vestit em cega les ganes,
la llibertat és un somni que ja no té preu.

Anyoro la solitud de les meves parets velles,
el desordre contingut dins el meu cap bullint,
els papers, els records, els somnis blaus de nit,
el vent que despentina el cor i que desperta crits."

Me ahogo dentro de esta piel que no muda,
que me envuelve atándome de pies y manos.
La luz de este vestido me ciega las ganas,
La libertad es un sueño que ya no tiene precio.

Extraño la soledad de mis paredes viejas,
el desorden contenido dentro de mi cabeza hirviendo,
los papeles, los recuerdos, los sueños azules de noche,
el viento que despeina el corazón y despierta gritos.

Besos varios... sin ahogos (o sí)

Misántropo dijo...

Si sabes que has de volver, yo diría que se trata más de una urgencia disfrazada de nostalgia.

La que mata, casi, es cuando te marchas para siempre.

Y el perfecto contrapunto de la casa veraniega, bulliciosa y soleada.

Muy bien urdido, Pedro.

Y esa maravilla de Respighi, que también desconocía...

Anónimo dijo...

Ella se muere de nostalgia en "Casa de Verano".
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Marcello le dice a Silvia en "Dolce Vita", secuencia del baile.

- Tú eres eso: la casa!
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¡Anda Glup! dinos la verdad:

¿Hablaste con Fellini o es pura magia?

MALEFICABOVARI dijo...

Siempre suele pasar eso, cuando tomamos contacto con la situación real, y vemos que habíamos tejido sueños para ese viaje, y que por dentro ya somos viejos, y que el viaje debería ser interior, y no de fuera, nos damos cuenta de que mejor en la dulce y cálida morada de siempre, que en otros parajes dónde parece que siempre nos falta algo, esa identidad que viven con nosotros en nuestra casa, que nos conoce. Y me dice mi madre que cuantos mas años tienes, mas reproduces ese sentimiento. Sí, cuando marcho, siento la ilusión de cambiar el mundo, pero una vez llego, me doy cuenta de que si el cambio no se produce en mi poco hay que hacer, poco.
Un beso fuerte, disfruta de las vistas, y cuenta los días que te quedan, ya verás, en nada estás en casa. En nada.
Bsssssss

Pedro M. Martínez dijo...

No, gaia07, creo que no.
Muchas gracias. Un beso.

Viuda de Tantamount, de tanto mentir, terminaré diciendo la verdad.
Un beso.

y tú, Scheherazade, ¿como lo sabes?
(Quizás soltándote el último botón...)(pero, ya, no es cosa de broma)

calma en calma, no sé hasta que punto es buena esa nostalgia.
Gracias, abrazos.

Atzavara, un bello poema, sentido y cierto.
Me gustaría escuchártelo (en versión original, si traducir)
Besos contra los ahogos.

Misántropo, no, si al final el músico seré yo.
Lo he dejado para ti, lo sabes.
(lo que no sabes es lo me ha costado encontrarlo)
Abrazos.

Magnolio, va, lo cuento, me lo dijo anoche.
Estábamos con lo de la güija y se apareció, con sombrero y todo. Observa esta coincidencia- dijo. De ahí la magia.

MALEFICABOVARI, has entrado hasta el fondo de mi cuento. Gracias.
Es exactamente así (me lo contó ella, la del cuento, una señora deliciosa).
Be/sos.

bajamar dijo...

Él...no parece ser Victor...al menos no ese Victor..

Esa sensación de ahogo con tu propia gente debe ser insoportable...voto porque tome sus cosas y se vaya más lejos aún...

Genial la forma de desdoblamiento, eso me conmovió

un saludo

p.d: no pues...el dolor no se lleva con nada...pero el d...Olor siempre queda

Dulcinea dijo...

...la nostalgia, cuando es muy grande, hay que pegarle una pequeña patada...porque entonces no te deja disfrutar, sino que ahoga.

Chus dijo...

La nostalgia nos ahoga, pero nunca sabemos en qué momento alguien nos pondrá una bombona de oxígeno...

Muchas gracias por tu visita.

Un saludo

Pedro M. Martínez dijo...

Claro, bajamar, ese Víctor es ajeno a íntimo dolor de su esposa.
Por suerte para él (añado).
Desdoblarse es sencillo, solo hay que pensar en los otros.
Saludos.

dulcinea, ya pero ¿dónde? Si es grande no la abarcas, si es pequeña no merece la pena, si la puedes controlar no es nostalgia, si no puedes...
El cuento.

Aynara, ya, si estamos esperando que alguien nos ponga una bombona de oxígeno vamos aviados. Ese si que sería un b uen cuento.
De nada, volveré.
Saludos

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